Políticas

30/8/2007|1007

La elección del Partido Obrero

El PO obtuvo un 1,10% en toda la provincia. Esa votación sube al 2% en la Capital, al 2% (delegado comunal) en Los Ralos, al 1,85% en Yerba Buena (tercer municipio de la provincia), al 1,55% en el municipio de Alderetes, al 1,29 en Tafí Viejo y al 1,60% en la Comuna de Ranchillo.


En el caso de la Capital, la votación retrocede fuertemente en los barrios periféricos, y es del 3 al 5% en los barrios céntricos, donde el peso de los punteros se atenúa.


Esta votación implica un retroceso con respecto a los votos obtenidos en la elección de convencionales constituyentes, cuando la mayoría de los partidos opositores no se habían presentado, pero es un avance de tres veces en relación al promedio electoral histórico de nuestro partido, lo que nos permite afirmarnos en un nuevo piso electoral, en particular en la capital, donde se concentra el mayor desarrollo partidario. Indudablemente, esto no puede disimular la incapacidad para contrarrestar la presión del gobierno y sus punteros en las barriadas, lo cual nos plantea un desafío para la próxima etapa.


El PO hizo una campaña muy superior en movilización política con respecto a campañas anteriores, incluida la de convencionales. Se abrió el trabajo en nuevas localidades como Alderetes, Ranchillo, la Banda del Río Salí,y en algunos barrios de la capital y frentes de luchas como el de jubilados.


Realizamos una campaña provincial con numerosos actos públicos, una importante presencia en los medios, intervenciones destacadas en debates, el apoyo de casi 200 profesionales y artistas que firmaron una solicitada publicada en los diarios, un festival de Rock (participaron 10 bandas, entre ellas las más populares) que reunió a alrededor de 4.000 jóvenes. Contamos en diferentes momentos de la campaña con la presencia de Claudio Del Plá, Néstor Pitrola y Jorge Altamira. En su última visita, Altamira dio una conferencia ante más de 200 invitados sobre la crisis económica internacional. Durante la campaña, el PO intervino en los principales movimientos reivindicativos que se suscitaron: el conflicto universitario (con la toma de la Facultad de Artes), la lucha en defensa de la Escuela Normal que dio lugar a que se formara una coordinadora secundaria, el agrupamiento de un sector combativo de los jubilados autoconvocados, la organización de importantes núcleos en varios hospitales y entre la docencia universitaria, el apoyo de la Comisión de Familiares Víctimas de la Impunidad con Lebbos a la cabeza.


El PO abrió durante la campaña alrededor de 25 sedes, superó la venta de 1.000 periódicos con el número 1.000 de Prensa Obrera, reunió la mayor cantidad de apoyo económico que en cualquier otra campaña y tuvimos más de 900 fiscales en toda la provincia.


Tamaña movilización, que nos puso en la consideración del periodismo (el propio Alperovich afirmó el día de las elecciones que el PO ingresaba en la Legislatura), no logró finalmente traducirse en una votación superior. Esto no nos debe llevar a una conclusión equivocada. Lo que se ha sembrado, en la medida que se mantenga una acción sostenida de agitación y organización política, va a germinar. Las bases políticas están establecidas.