Políticas

25/3/1999|619

La elección del PO y de la izquierda

Hecho el escrutinio total de la elección a gobernador, el PO logró 508 votos (0,32%), Patria Libre-Iz­quierda Unida 425 (0,26), el Partido Humanista 363 (0,23).


La votación de toda la izquierda retrocedió en relación a la elección parlamentaria del ‘97, afectada por la polarización política (el PO dismi­nuyó respecto de los 2.240 votos del ‘97, pero logró duplicar la votación del ‘95, donde se obtuvieron 235 vo­tos).


En estos términos, el PO superó electoralmente el debut nacional del Frente de la Resistencia-Izquierda Unida. En los anteriores comicios de Córdoba, Patria Libre había desechado expresamente todo frente con la “izquierda tradicio­nal” en función de un movimiento de reconstrucción del peronismo en base a un programa de devaluación monetaria, rescate de la burguesía endeudada y “democracia participativa”. Volvió sobre sus pasos lue­go del retroceso electoral que tuvo en dicha provincia planteando la cons­trucción de un frente con Izquierda Unida (IU), con el único propósito de armar un rejunte electoral de cual­quier modo. Al punto que el frente con IU en Catamarca se constituyó defendiendo la política de concilia­ción de Ateca (sindicato docente) con la Reforma Educativa y sin planteo alguno respecto de las organizacio­nes obreras, comprometidas en cua­lesquiera de sus variantes con los partidos del régimen. El PO había reclamado un frente común que se definiera por la derogación de la re­forma educativa menemo-castillista, y no que empezara capitulando.


La “izquierda que se une”, de este modo, no pasó de un slogan opor­tunista. La campaña del PO sirvió para popularizar los reclamos que constituyen una salida para la clase obrera y los explotados —la prohibi­ción de los despidos y el reparto de las horas, los 700 pesos de básico docente, el aumento de las regalías a los pulpos mineros, la ruptura de los sindicatos con los partidos patrona­les—y que forman parte del esfuerzo cotidiano por poner en pie un movi­miento de lucha. Se desarrolló una intensa agitación, con miles de de­claraciones volcadas en la peatonal, los barrios y las fábricas, se mantuvo una colocación de doscientos cincuenta periódicos de cada número, se intervino activamente en los princi­pales conflictos ocurridos en el perío­do (docentes, hospitales, Alpargatas), se abrió una sede permanente, se lograron decenas de fiscales, se duplicaron las filas del partido y ha surgido una importante periferia obrera y de la juventud que hoy está siendo convocada para la Asamblea Nacional de Activistas. Emblemáti­camente, el PO cerró su campaña en Alpargatas, con caravana previa y la presencia de 50 compañeros.


No puede dejar de hacerse men­ción al papel del flamante frente CPL-IU en la lucha docente. Con compromisos de dirección, fueron corresponsables del vaciamiento y posterior levantamiento de la huelga; una política en la que se empeñó afanosamente el ala pro aliancista de la directiva. Finalmente, en lo que es un clásico, el PTP-PCR llamó al abstencionismo y el voto en blanco, que es la expresión electoral del re­chazo a la constitución de una alter­nativa obrera independiente en nombre del “frente antimenemista” con duhaldistas y aliancistas, en ese orden. En Catamarca la votación se elevó al 80%, superó los porcenta­jes del ‘97 y los votos en blanco no llegaron al 1%.