Políticas

16/1/1996|480

La estocada de Menem-Cavallo

Un ejemplo fenomenal de cómo la propaganda oficial y el coro que le hacen los partidos opositores embotan la conciencia popular, lo constituye el tema de la ‘estabilidad monetaria’, que ahora incluso aparece reforzada por los bajos índices de crecimiento del costo de vida. Se ha pasado por alto, simplemente,  que un número cada vez mayor de provincias se rige por un sistema de “inflación en bonos”.


Córdoba con los ‘Cecor’, Tucumán con los ‘cheques diferidos’, Jujuy y Río Negro con los ‘bonos’ y próximamente Neuquén y Entre Ríos, han creado una moneda propia cuya circulación asciende a los 1.500 millones de pesos, o sea a más del 10% de la circulación monetaria del peso. Las ‘monedas’ provinciales sólo tienen un poder cancelatorio local, lo que significa que en la época de la llamada ‘globalización’ asistimos a una dislocación del mercado nacional —algo que no ocurre desde las guerras de la organización nacional. Esas ‘monedas’ no tienen ningún respaldo, por eso no son aceptadas por los bancos y su poder cancelatorio está limitado a supermercados y algunos comercios o al pago de impuestos. Consecuentemente, tienden a sufrir un descuento respecto a su valor de emisión. El cálculo del costo de vida, para ser genuino, debería incluir esta desvalorización monetaria.


¿Qué puede pasar de aquí en más? Naturalmente que si la crisis económica se supera, la recaudación impositiva aumenta y los presupuestos provinciales se equilibran, esas ‘monedas’ podrían ser rescatadas por sus gobiernos. Pero aun en este caso favorable, ello representaría un enorme negociado para los capitalistas, que convertirían a valor de emisión, más los intereses de esos bonos, lo que aceptaron como medio de pago a cambio de un descuento.


Lo que menos está en vista, sin embargo, es una superación de la crisis fiscal, que afecta al gobierno nacional aún más que a las provincias. De persistir o agravarse la crisis fiscal se presentaría la variante de la devaluación del peso, la cual tendría un impacto multiplicado sobre las ‘monedas’ provinciales, a las que práctimanente dejaría fuera de circulación.


Si se mira con desprejuicio, se llega a la conclusión de que el menemo-liberalismo ha provocado una dislocación monetaria superior a la de la hiperinflación alfonsiniana.


la de la hiperinflación alfonsiniana.