Políticas

22/12/2011|1207

La evaluación educativa

Una agenda en común con Macri

En su discurso de asunción, Cristina enumeró su agenda para la educación. No menciona que el salario docente nacional está en 2.400 pesos por una jornada (y con sumas en negro), o sea que no alcanzan dos turnos para llegar a la canasta familiar. Tampoco, que acható la pirámide salarial: en Capital, un docente no cobra un peso de aumento por antigüedad hasta los siete años de trabajo.

Cristina toma como parámetros del desarrollo de la calidad educativa las evaluaciones al último año de la escuela secundaria, pero que no dio a conocer, que arrojarían un mejor nivel en matemáticas, ciencias naturales y ciencias sociales, y una disminución en Lengua. El gobierno esconde que tan sólo el 40% de los estudiantes de primer año de las secundarias del estado llegan a quinto. La “secundaria obligatoria” a la luz de estos resultados, es un fracaso estrepitoso. Las causas de la deserción están a la vista, no requieren agregados.

La ”calidad educativa” ignora que según el anuario estadístico del Ministerio de Educación, la matrícula de la escuela primaria del estado retrocedió en el período 2003-2010 en 250.000 alumnos, en detrimento del aumento de la matrícula de la privada, que registra un incremento de casi 200.000 estudiantes. Esta tendencia no se revierte en 2010, desmintiendo el efecto que se atribuye a la asignación universal por hijo.

La evaluación docente

En este cuadro, Cristina apuntó que “los docentes deben ser evaluados” Bullrich, el Ministro de Educación de Macri, también puso este punto en agenda; apunta a introducir entre los docentes una diferenciación salarial, ya partir de aquí la división de los docentes desde la base.

El otro objetivo es producir una “competencia” entre escuelas y docentes por los recursos del Estado, que co¬mo son escasos, configurarán un sistema de ‘sponsoreo’ privado.