Políticas

5/1/2006|930

La función de la Iglesia


En la misa realizada por Cromañón, minutos antes del acto realizado en la Plaza, el cardenal Bergoglio reclamó a “la Ciudad” un “acto de purificación”. Claro que no se incluyó a sí mismo ni a la cúpula de la Iglesia.


 


En enero de 2005, Bergoglio se entrevistó con Ibarra “para brindarle apoyo y solidaridad” (Infobae, 4/1). Semanas después, Ibarra lo retribuía con dos importantes concesiones: accedía a un levantamiento anticipado de la muestra de León Ferrari en la Recoleta y postergaba indefinidamente el debate sobre la educación sexual en la Legislatura porteña.


 


Bergoglio sólo levantó el tono de sus homilías cuando el pacto con el gobierno porteño voló por los aires y en especial cuando se agudizó su conflicto con el gobierno nacional.


 


Ahora, Bergoglio les propuso a los Ibarra “conversión y llanto del corazón”. Una “contricción” que debería preparar una reconciliación entre los familiares, por un lado, y los responsables de Cromañón, por el otro.