Políticas

8/5/2003|799

La inundación de Reutemann

Más de 60.000 evacuados; 9 muertos y otros desaparecidos; casas, negocios y campos arrasados. Una catástrofe social por el desborde del Río Salado, que tiene sus responsables políticos en el gobierno de Reutemann y del intendente Alvarez. Los vecinos, con el agua hasta la cintura y mientras laburaban en las defensas, los denunciaron al grito de “fuera”, porque no hicieron nada cuando ya se sabía que se venía la inundación. Esta misma denuncia fue realizada por el director del Centro de Información Meteorológica de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas de la Universidad Nacional del Litoral. (La Capital 30/4).


El contraste entre la iniciativa popular para frenar el agua o defender, por ejemplo, el Hospital de Niños, y la parálisis e impotencia de los funcionarios, fue total. Esta catástrofe, que agrava la situación económica y social de la provincia, plantea una crisis política porque estamos frente a un gobierno totalmente incapaz de enfrentar esta situación.


Detrás de la enorme ayuda popular están preparando las cosas para que los costos de la reconstrucción sean pagados por los trabajadores y la población. Mientras los poblados se hunden y decenas de miles de vecinos se quedan sin nada, los grandes capitalistas y grupos exportadores de la provincia se siguen llenando los bolsillos.


 


Ellos o nosotros


Esta crisis no debe pagarla el pueblo, sino sus responsables, los que no supieron prever los hechos, los que armaron los presupuestos desconociendo las necesidades populares. Reutemann, Alvarez y sus gobiernos se tienen que ir. Los diputados y senadores también. Debe ser el pueblo reunido en una Asamblea Provincial Constituyente y Soberana el que reorganice la ciudad, fije las prioridades para la provincia y mandate a un Congreso de trabajadores ocupados y desocupados la organización de un programa económico que saque a Santa Fe del estancamiento, estableciendo el control de los trabajadores sobre la producción, repartiendo las horas de trabajo para incorporar a los desocupados.


 


Frente a la emergencia:


1) Alimentos, ropa y medicamentos para todos. Formación de comisiones de vecinos para controlar su reparto.


2) Indemnización para todos los inundados, por montos votados en asambleas por los propios pobladores.


3) Plan de viviendas para todos los damnificados bajo control de los trabajadores.


4) Plan de obras públicas para recuperar los hospitales y las escuelas y poner en pie la infraestructura necesaria para evitar nuevas inundaciones.


5) Subsidio para todo desocupado que no lo tenga, desde los 16 años de edad.


6) Garantía de estabilidad laboral a trabajadores públicos y privados durante todo el tiempo que dure la recuperación de sus condiciones de vida.


7) Asambleas populares en cada barriada y en cada zona para organizarse frente a las inundaciones y los gobiernos responsables de la catástrofe.


El Partido Obrero recibe medicamentos, alimentos no perecederos y abrigos en todos sus locales, y el Polo Obrero lo hace en sus comedores. Para la ayuda inmediata de los inundados santafesinos.