Políticas

30/11/2000|690

La legislatura: ¿Versión disminuida del senado?

En el barrio de Palermo, el financista y especulador inmobiliario Eduardo Costantini continúa con la construcción de un museo que viola todas las normas establecidas por el Código de Planeamiento Urbano de la ciudad. Aunque su objetivo declarado es la exhibición de obras de arte, en especial del latinoamericano, el museo está financiado por una Fundación cuyos socios y aportistas gozan de exenciones impositivas y cuyo patrimonio es invertido en las distintas opciones que ofrece la especulación financiera. No por nada Costantini integra la cúpula del Consejo Empresario, fue director del Banco Francés y es el principal especulador inmobiliario en los proyectos turísticos del Tigre. A nadie se le puede escapar que el propósito del museo es valorizar la colección de cuadros del propio Costantini, algo que resulta fundamental a la hora de respaldar el pedido de mayores préstamos de la banca. Bajo la máscara de la “cultura” se oculta simplemente una operación financiera que cuenta con la complicidad del gobierno ‘incorruptible’ de la Alianza, y en especial del Frepaso. La obra en cuestión, aún en fase de ejecución, excede en un 40% el factor de ocupación de terreno permitido en esa zona, o sea unos mil metros cuadrados nada menos. A pesar de esto, la semana pasada, la Comisión de Planeamiento Urbano de la Legislatura terminó de aprobar un proyecto de ley que autoriza el blanqueo de todas estas irregularidades Se confirma de este modo que el Gobierno de la Ciudad responde servilmente a los intereses de los banqueros y de los especuladores que la quieren transformar en un paraíso inmobiliario. Es decir que es una versión local del Senado.


Que el mentado museo ha ido avanzando a fuerza de irregularidades lo demuestra el hecho que comenzó a construirse en un terreno nuevo, lo cual no está permitido, y se hizo gracias a una “excepción” otorgada en mayo de 1999 por quien es hoy el secretario de Planeamiento Urbano del gobierno de Ibarra, mediante una “disposición” ilegal ya que esa clase de autorizaciones es privativa de la Legislatura. La zona elegida es Palermo Chico, de alto valor inmobiliario, y no, claro, la zona sur, que es adonde el gobierno de Ibarra dice que van dirigidas sus inquietudes de progreso. Un proyecto de ley posterior, firmado por el anterior jefe de Gobierno, De la Rúa, y el citado secretario García Espil, pidió a la Legislatura la autorización para aumentar el factor de ocupación y, de paso, para blanquear la irregular concesión del permiso de construcción de un museo en un lugar prohibido para esa finalidad. Debido a estas irregularidades los vecinos iniciaron una causa penal por violación de los deberes de funcionario público.


El nuevo proyecto de ley para autorizar un nuevo aumento del factor de ocupación para el especulador inmobiliario, Costantini, cuenta con el apoyo de los bloques de la Alianza y de Encuentro para la Ciudad, cuyo presidente, Jorge Argüello, le escribió a La Nación para decir que “nos encontramos ante una situación de hecho prácticamente consumada”, pero sin sacar la conclusión que entonces debería dictarse una orden de prisión al financista y a los funcionarios involucrados en la “consumación” del delito.


Los jerarcas de este régimen se defenderán, naturalmente, diciendo que impulsan la “cultura”, pero en realidad ocurre lo contrario, porque estos proyectos la privatizan y la convierten en inaccesible para la gran masa de la población. Lo único realmente útil de este proyecto es que “educa” a los privilegiados vecinos de ese barrio acerca del rigor del apoderamiento capitalista de la ciudad y de todas las esferas de la vida ciudadana.