Políticas

1/10/2009|1102

La lucha de la salud en un momento crítico

¿Cómo llevarla a la victoria?

El proceso de lucha se ha profundizado en la semana que transcurrió. Por un lado, continuó el paro por tiempo indefinido y se concretó la marcha del miércoles 23, la más numerosa de las catorce realizadas hasta el momento. Esa jornada se dio en el marco de un paro nacional convocado por la Federación Sindical de Profesionales de la Salud de la República Argentina (Fesprosa). No sólo eso: durante toda la semana se produjeron iniciativas de gran combatividad. El intento de instalar la carpa en Plaza Independencia fue impedido por la Infantería, pero el gobierno no pudo impedir la instalación de un puesto de agitación, que en un momento reunió a más de 200 trabajadores de los diversos hospitales y consiguió 10.000 firmas de apoyo en 48 horas. En el sur de la provincia hubo importantes marchas. En Santa Lucía, el viernes 25 se realizó un piquete en la ruta a los Valles, que fue impedido por un fenomenal despliegue de la Infantería.

Provocación

El gobierno comenzó la semana denunciando judicialmente a los huelguistas por abandono de persona y la cerró lanzando desde Canal 10 la versión de un chiquito muerto en el Hospital del Niño como resultado de la huelga (una patraña).

En los hospitales, varios directores han comenzado a actuar de manera más desembozada, apretando y amenazando, en especial a los pasantes y a los residentes. En algunos hospitales se han producido enfrentamientos con la policía; en el hospital Centro de Salud terminó con algunos médicos hospitalizados en el mismo hospital.

Las amenazas y difamaciones con mensajes, cartas, etc. se han multiplicado.

Encrucijadas

Los dirigentes del Fesprosa que el 23 estuvieron en Tucumán, posteriormente se reunieron con los delegados de los autoconvocados para plantearles que tenían que buscar un arreglo urgente. De esta orientación conciliadora se ha hecho eco el ala sojera y clerical en el conflicto, que comenzó a divulgar (incluso en los medios) una contraoferta de los Autoconvocados, no discutida en ninguna asamblea, y todo un contrasentido, pues el gobierno hasta el momento no hizo ninguna oferta, como para que el movimiento tuviera que realizar una “contraoferta”.

Precisamente, esta maniobra fue desarmada en la asamblea general del viernes 25, que ratificó la continuidad de la huelga general y los reclamos, y convocó a una nueva marcha para el miércoles 30 y a diversas iniciativas de piquetes, marchas en algunos pueblos, etc.

Por el momento, las posturas conciliadoras han fracasado por el empuje desde abajo y por un bloque de delegados que interviene con una estrategia consistente.

Los conciliadores han insistido en presentar la mediación de “monseñor” como una salida, pero este 24 (día de la Batalla de Tucumán) ese ‘monseñor’ estuvo a la cabeza de una procesión (reunió a casi 40.000 personas) y su discurso lo concentró a atacar al próximo Encuentro de la Mujer, a los planteos laicistas y en favor de la legalización del aborto.

Frente a este escenario, los medios han destacado el acuerdo de Alperovich con la Sociedad Rural de Tucumán, que incluso generó reproches de la Federación Agraria (FAA) a los ruralistas porque los dejaron marginados. El gobierno está jugado a quebrar la lucha con la represión y el hambre, y ha anunciado que no va a pagar los próximos sueldos. Frente a esas perspectivas el movimiento tiene que redoblar los esfuerzos por extender y masificar aún más la lucha. Por ejemplo, convocar a un plenario provincial de organizaciones dispuestas a sumarse a un plan de acción, de huelgas, piquetes, fondo de huelga, etc.