Políticas

28/11/1996|521

La marcha del CTA fue un fiasco

Mientras la CGT fue a la Aduana, “en defensa de la industria nacional”, la CTA  marchaba al Congreso Nacional  para entregar a los diputados “el articulado correspondiente al Proyecto de Ley de Emergencia Ocupacional, Social, Previsional y Educativa”. La marcha fue un fiasco de apenas un millar de personas. Si al Congreso de la CTA, realizado hace 20 días, fueron 5.000 delegados, y a la marcha que convocó De Gennaro fueron apenas 1.000: ¿Qué pasó en el medio?


De Gennaro se opuso frontalmente en el Congreso de la CTA  a un paro nacional de 48 horas para que se retiren las leyes menemistas antiobreras (anulación de las indemnizaciones, de los convenios, etc.) del Parlamento. Es decir que votó por mantenerlo subordinado a las roscas parlamentarias que el menemismo, Duhalde y la ‘oposición’ radical-frepasista están pergeñando para sacar esas leyes ‘retocadas’. No sólo eso, sino que para reforzar esta tendencia, coloca a discusión… un nuevo proyecto de ley. Y pretende que el movimiento obrero y popular que lucha se lance a juntar “un millón de firmas” en apoyo al mismo.


El PO no fue ni a la marcha de la CGT, ni a la de la CTA. En una declaración nacional que repartió profusamente (“Defender a los trabajadores, NO A LOS PATRONES”) denunciamos que “El CTA de  De Gennaro… se encolumna detrás de la Multisectorial del Chacho Alvarez, Terragno y Alfonsín para entregar un nuevo proyecto de ley (¡uno más!) e iniciar… una campaña de firmas nacional. Las dos marchas tienen en común su oposición a la continuidad huelguística. La división burocrática no tiene nada que ver con la defensa de los intereses del movimiento obrero, sino que responde a la subordinación de las burocracias detrás de distintas variantes patronales”.


Efectivamente, en la plaza hablaron junto a De Gennaro, Storani primero y el Chacho Alvarez después. Lo que provocó, primero, el retiro de casi un centenar de manifestantes del Partido Humanista, al grito de “Huelga General”. Y luego, el de otro centenar, esta vez de comunistas, con silbidos y protestas, cuando discurseaba el Chacho. Mientras tanto, otros activistas se retiraban defraudados por la subordinación de la CTA a los políticos burgueses, por el bloqueo de la dirección de la Central a las necesidades de lucha de los trabajadores.


A más de un mes del ataque contra el Anses, y cuando está lanzado el desmantelamiento del Pami, y se prepara el lanzamiento de la “reforma del Estado II” con miles de despidos, De Gennaro subordina los sindicatos a las maniobras electoralistas, en lugar de impulsar un paro nacional de 48 horas y un plan de lucha.