Los resultados electorales han dejado planteado un nuevo escenario político en La Matanza. El oficialismo de Espinoza, que jugó con todo encabezando él mismo la lista de concejales, ha tenido un retroceso inocultable. En las elecciones de 2011 el FpV sacó el 60% de los votos, cayendo ahora, en las Paso de 2013, a un 40%. Tiene una diferencia de 12 puntos con la lista de Massa que puede ser menor en octubre. La división del PJ ha comprometido el control que la camarilla de Espinoza, heredada de Balestrini, ejerce sobre el Concejo Deliberante y el Estado municipal. Esto plantea una crisis profunda del aparato del gobierno y su poder de dominación sobre la población matancera.

Balance

Para explicar la fuga de votos Espinoza repitió los argumentos ya expresados por otros intendentes: el problema central se debe a la inseguridad, luego una dificultad de tipo comunicacional (¡!). Y un poquito el impuesto a las ganancias.

El Frente de Izquierda realizó una elección histórica en el distrito, obteniendo 30.000 votos que significan un 4,25% y 13.000 más que en las Paso de 2011. Esto plantea la posibilidad objetiva de dar una fuerte pelea por ingresar al Concejo. Conquistamos el voto de grandes franjas de trabajadores que rompen con el gobierno. En docentes, luego de la conquista del Suteba Matanza, la votación al Frente de Izquierda fue abrumadora. Entre los trabajadores de la salud se produce un fenómeno similar.

También se verifican importantes votaciones en la juventud que lucha por la educación pública y contra la precarización laboral; y entre los trabajadores de la industria, planteando el pase a planta, la derogación del impuesto al salario y un salario igual al costo de la canasta familiar.

Especial atención merece las votaciones registradas en las barriadas más postergadas del distrito donde se vislumbró una crisis del aparato del PJ.