Políticas

31/5/2007|994

La nueva etapa de nuestra lucha

Llamamiento a los trabajadores y al pueblo de Santa Cruz

La formidable huelga general docente culminó en un marco de lucha, no de desmoralización o desaliento: con los estatales del hospital regional de paro, con los municipales de Gallegos en huelga general, con paro telepostal, con delegaciones autoconvocadas en lucha en la Carpa de la Dignidad, con el sostenido apoyo del pueblo de Santa Cruz.


Suspendimos la huelga no porque los reclamos hayan sido satisfechos sino por extenuación, después de enfrentar la represión, de voltear un gobernador y de quebrar la intransigencia de Kirchner.


Las asambleas docentes tuvieron la gigantesca responsabilidad y capacidad de llevar adelante la huelga, en particular desde el 30 de abril, cuando la Comisión Directiva provincial de ADOSAC y de muchas seccionales, trataban de interrumpirla —y de levantar la carpa— y más tarde de aceptar la propuesta oficial tal cual vino.


La Directiva aceptó la presencia de CTERA y Tito Nenna, que en toda la lucha nos dieron la espalda, al igual que a Neuquén y a Salta. Aceptó seguir ‘negociando’ en Buenos Aires después de la caída de Sancho, fuera de la presión de la base, a pesar de que los gremios hermanos forzaban a Peralta a reunirse con ellos en Gallegos.


Se hizo creer al país por diez días que aceptábamos lo otorgado aunque siguiéramos la huelga.


Banderas cruciales quedaron pendientes, como el blanqueo e incorporación al básico del presentismo y la totalidad de los días caídos, cuando la responsabilidad política de la huelga es del gobierno.


Las meneadas paritarias son por ahora un proyecto que pasó a Comisión. Tengamos en cuenta que se trata apenas de futuras discusiones de partes, que, en el caso del Estado, tienen la limitación insalvable de estar enchalecadas por el presupuesto, que no es sometido a previo acuerdo popular. Además otorga el monopolio de la representación paritaria a los gremios oficiales como UPCN y APAP. No son libres, son una trampa.


De todos modos, algunas seccionales ya han votado que los futuros delegados deberán ser elegidos en asamblea, en oposición a la usurpación del mandato de las bases que ejercen las burocracias sindicales de la CGT y la CTA.


La oposición vuelve a pactar con el oficialismo


A partir de la designación de Peralta, todo el régimen político dio un viraje contra nuestra lucha; la UCR lo votó en la Legislatura. A partir de ese momento se amañó el acuerdo incompleto que nuestra dirección sindical aceptó en Buenos Aires, a pesar incluso de la vaguedad de lo que estaba escrito y de que la mayor parte de los compromisos eran de palabra.


El obispo Romanín y la UCR empezaron a ‘operar’ para que abandonáramos la lucha. Ya no importaba más la exigencia de que se fuera el represor Roqué, de que se retirara la Gendarmería y de que se fueran todos los ministros de Sancho, ni que se investigara la represión a nuestra lucha y se castigara a sus responsables, ni la acción de las bandas del gobierno.


El obispo y la UCR respondieron al llamado de la prensa nacional y de los grandes intereses que dominan en el país para darle una ‘contención’ a la crisis del kirchnerismo en la provincia y hasta de “ayudar y proteger al Presidente” (La Nación, 19/5). Es lo que han hecho los ‘opositores’ en la provincia durante quince años seguidos.


La UCR no acababa de proponer el Frente Cívico y ya estaba votando la asunción de Peralta, último eslabón de todas las complicidades radicales, políticas y constitucionales con el régimen lupista. Arnold ni pisó Gallegos, temiendo un escrache como el de Alicia Kirchner. Di Tulio tampoco, porque la huelga lo encontró negociando justamente con el kirchnerismo.


De manera que sigue planteada una lucha política importante: 1) para acabar con el presentismo y por el pago de los días de huelga, así como por la defensa de la carrera docente; 2) para que se vayan los responsables de este régimen de camarilla, que acapara los negocios públicos y entrega el petróleo y la minería, mientras ejerce un sistema político autoritario.


La huelga y la rebelión de las cacerolas asestaron un fuerte golpe al régimen, ya golpeado en el orden nacional por las extraordinarias huelgas docentes de otras provincias, como Neuquén y Salta, por la rebelión de los trenes y las huelgas fabriles y, especialmente, por gravísimos problemas de corrupción con extensión a grupos capitalistas asociados al poder en la provincia.


Repetimos la caracterización de la situación que se ha creado: los partidos y la Iglesia, que habían coqueteado con la huelga en el período y luego ‘operaron’ para el levantamiento, hoy ‘operan’ por una sucesión política en ‘orden’, sea apoyando a Peralta, algunos, en oposición a Alicia Kirchner, sea, otros, por medio de un Frente Cívico de la Iglesia, los Arnold, los Di Tulio e incluso con una parte de los miembros de la Comisión Directiva de ADOSAC.


Se trata de una disputa por un nuevo reparto de los negociados de la provincia.


Una alternativa


En oposición al régimen actual y a sus negociados, y en oposición a un nuevo reparto de esos negociados, planteamos: el demantelamiento del aparato económico, político y mediático del kirchnerismo; la reestatización del Banco de Santa Cruz, regalado a los amigos del Presidente; la recuperación de la explotación petrolera y minera; la apertura de las cuentas y la investigación de toda la obra pública entregada por el kirchnerismo a sus compinches, así como los negociados pesqueros; la satisfacción integral de los reclamos populares, empezando por un salario mínimo, en las condiciones de la provincia, igual al costo de la canasta familiar.


Planteamos el desarrollo de una alternativa política sobre la base de estas conclusiones de la experiencia de lucha reciente y sobre la base de este programa. Como método de desarrollo impulsamos los Cabildos Abiertos, porque es una creación de nuestro propio pueblo.


Llamamos a un reagrupamiento sindical y político sobre la base de esta propuesta.


Propuesta elevada al Plenario Abierto Convocado por el FUT- Partido Obrero