La “odiosa” operación politica del MST
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Que el MST salude las iniciativas demagógicas de los legisladores de centroizquierda, mientras sabotea la movilización piquetera por la libertad de los compañeros presos, es una prueba concluyente del carácter contrarrevolucionario de su empeño en formar un frente de centroizquierda para las próximas elecciones.
Se trata de un intento desesperado de una dirección políticamente en ruinas.
El MST ha ‘aprendido’ las lecciones de Uruguay y Brasil: para ganar la confianza electoral de la burguesía es necesario jugarse por el desmantelamiento del movimiento popular y por la prioridad del parlamentarismo, y del orden capitalista en general. Los ‘triunfos’ izquierdistas en Brasil y Uruguay fueron obtenidos mediante la derrota previa de las luchas populares por parte de esa misma izquierda. Ya hemos explicado desde estas páginas, en varias oportunidades, por qué el MST Rabiaba de lo que había que hacer para “terminar”, sea con los “cortes de ruta”, sea con “el movimiento piquetero”.
El apoyo político contundente que el MST ofreció al frente popular de Uruguay, aunque su dirección haya intentado diluirlo durante varios meses de silencio vergonzante, conforma una sola pieza con su política en la Argentina.
Esto explica que el MST no haya vacilado para nada en apoyar la jugarreta de declarar “odiosa” la deuda externa, emprendida por iniciativa de diputados del ARI, cuya jefa, Carrió, no se ha cansado de repetir que apoya la renegociación de la deuda por parte de Kirchner y Lavagna. Para hacer completa la farsa, se juntaron a la maniobra figuras como Storani —ilustre representante del gobierno de la bancarrota.
Mientras algunos centenares preferían contemplar el espectáculo de la deuda “odiosa”, 20.000 luchadores sobrepasaban los cordones policiales para marchar a Plaza de Mayo para luchar efectivamente contra la deuda externa y contra el gobierno que la reconoce, la protege y la paga.
El MST se ha incorporado a la corriente de un vasto sector de la izquierda que ha sido cooptado por el imperialismo mundial, en especial Bush. Es lo que ocurre con los Lulas, los FA-EP-NM de Uruguay, los Evo Morales, los ex guerrilleros de Centroamérica. El envío de tropas a Haití es el punto más alto de esta colaboración política de los gobiernos que el MST ha apoyado invariablemente.
En la reciente Conferencia de presidentes, en Río de Janeiro, Chávez reclamó el retiro de las tropas izquierdistas de Haití (también hay un contingente de la China comunista “de mercado”) y el reemplazo del gobierno criminal impuesto por los yanquis por una Asamblea Constituyente.
Bajo la presión del imperialismo y de la guerra, un vasto sector de la izquierda mundial (Bertinotti, los Foros Sociales) se ofrece para gestionar el Estado burgués. Se trata de un operativo de rescate de los sistemas políticos capitalistas tradicionales en decadencia e incluso en completa bancarrota.