Políticas

25/11/2004|878

La “odiosa” operación politica del MST

Que el MST salude las iniciativas demagógicas de los legisladores de centroizquierda, mientras sabotea la movilización piquetera por la liber­tad de los compañeros presos, es una prueba concluyente del carácter con­trarrevolucionario de su empeño en formar un frente de centroizquierda para las próximas elecciones.


Se trata de un intento desespera­do de una dirección políticamente en ruinas.


El MST ha ‘aprendido’ las leccio­nes de Uruguay y Brasil: para ganar la confianza electoral de la burgue­sía es necesario jugarse por el desmantelamiento del movimiento po­pular y por la prioridad del parlamentarismo, y del orden capitalista en general. Los ‘triunfos’ izquierdis­tas en Brasil y Uruguay fueron ob­tenidos mediante la derrota previa de las luchas populares por parte de esa misma izquierda. Ya hemos ex­plicado desde estas páginas, en varias oportunidades, por qué el MST Rabiaba de lo que había que hacer para “terminar”, sea con los “cortes de ruta”, sea con “el movimiento pi­quetero”.


El apoyo político contundente que el MST ofreció al frente popular de Uruguay, aunque su dirección haya intentado diluirlo durante varios me­ses de silencio vergonzante, conforma una sola pieza con su política en la Argentina.


Esto explica que el MST no haya vacilado para nada en apoyar la juga­rreta de declarar “odiosa” la deuda ex­terna, emprendida por iniciativa de diputados del ARI, cuya jefa, Carrió, no se ha cansado de repetir que apoya la renegociación de la deuda por par­te de Kirchner y Lavagna. Para hacer completa la farsa, se juntaron a la ma­niobra figuras como Storani —ilustre representante del gobierno de la ban­carrota.


Mientras algunos centenares preferían contemplar el espectáculo de la deuda “odiosa”, 20.000 luchado­res sobrepasaban los cordones poli­ciales para marchar a Plaza de Mayo para luchar efectivamente contra la deuda externa y contra el gobierno que la reconoce, la protege y la paga.


El MST se ha incorporado a la co­rriente de un vasto sector de la iz­quierda que ha sido cooptado por el imperialismo mundial, en especial Bush. Es lo que ocurre con los Lulas, los FA-EP-NM de Uruguay, los Evo Morales, los ex guerrilleros de Centroamérica. El envío de tropas a Hai­tí es el punto más alto de esta colabo­ración política de los gobiernos que el MST ha apoyado invariablemente.


En la reciente Conferencia de pre­sidentes, en Río de Janeiro, Chávez re­clamó el retiro de las tropas izquier­distas de Haití (también hay un con­tingente de la China comunista “de mercado”) y el reemplazo del gobierno criminal impuesto por los yanquis por una Asamblea Constituyente.


Bajo la presión del imperialismo y de la guerra, un vasto sector de la izquierda mundial (Bertinotti, los Fo­ros Sociales) se ofrece para gestionar el Estado burgués. Se trata de un operativo de rescate de los sistemas políticos capitalistas tradicionales en decadencia e incluso en completa bancarrota.