La pelea en la juventud, un punto clave del último tramo de la campaña del FIT-U

“Educación o FMI”, dice el volante de la UJS de la Facultad de Exactas de la UBA, y pinta de cuerpo entero la campaña electoral de la juventud del Partido Obrero. La subordinación del país al Fondo Monetario es incompatible con todas nuestras aspiraciones. La UJS sale, entonces, a combatir la falsa polarización a la que nos quieren llevar los Macri-Pichetto y los Fernández-Fernández-Massa.


Les jóvenes somos el sector más afectado por la crisis. En la Argentina, el 45% de las personas que se encuentran por debajo de la línea de pobreza tiene menos de 30 años. A su vez, el desempleo crece al triple en esa franja etaria, mientras que el 60% de la juventud que trabaja lo hace de forma precarizada.


La UJS en campaña


Las asambleas de la UJS en apoyo al FIT-U permitieron poner en pie las campañas de la UJS. Se realizaron en la Ciudad de Buenos Aires (Facultad de Medicina). También se organizaron en la provincia de Buenos Aires (zona norte, zona sur, La Plata, La Matanza). Desde allí, la UJS salió en busca del voto de la juventud como una contribución clave para poner en pie de lucha, en la próxima etapa, al sector más golpeado por la bancarrota económica del país y la crisis capitalista. 


Desde allí, la juventud salió a recorrer los lugares de estudio. En la Educación, la política del Fondo no solamente implica e implicará recortes presupuestarios enormes, sino que también profundiza la presión de las reformas antieducativas. La política de continuidad del ajuste de Macri en la universidad quedó plasmada por el propio Alberto Fernández, que se reunió con el presidente del Consejo Interuniversitario Nacional, Jaime Perczyk, y el rector de la UBA, Alberto Barbieri. 


Un gesto de este tipo basta como aval para la política de recorte presupuestario (30% en el último año en la UBA) y de pasaje de contenidos a posgrados pagos y recorte de incumbencias (Resolución 1254/Sistema de Reconocimiento Académico). 


En las reuniones en los institutos terciarios, les estudiantes reflejan en la campaña electoral un rechazo al cierre de 29 institutos de formación docente en la Ciudad de Buenos Aires, para la conformación de la Unicaba. A su vez, la UJS salió a disputar el voto en los terciarios de la provincia, con la revista La Clase, que generó una gran simpatía en el activismo de la provincia.


A su vez, las agitaciones en la puerta de los secundarios reflejan un proceso de lucha más que interesante. No solamente contra las reformas al estilo “Secundaria 2030” en la Ciudad, sino también contra el derrumbe edilicio y las ratas. También los frazadazos contra el frío tuvieron lugar, en Capital y provincia de Buenos Aires. 


La lucha del movimiento de mujeres aparece como un elemento fundamental. Les secundaries fueron un puntal de lucha de la ola verde. La necesidad de que ese proceso de lucha lleve al voto a la única lista “100% aborto legal” resulta fundamental, como un refuerzo también a la pelea por la separación de la Iglesia del Estado y la ESI y contra los partidos del clero, que llevan a los celestes en sus filas. La salida de la revista La Caldera en todo el país busca ganar el voto al FIT-U como una conclusión de todos estos procesos de lucha.

También, las agitaciones callejeras y en los frentes de estudio de la UJS permitieron poner arriba de la mesa en la campaña la pelea contra la precarización laboral. El modelo Rappi/Glovo quiere ser llevado al conjunto de la juventud, cosa que comparten, tanto el ajuste macrista como el “pacto social” de Alberto Fernández.


Esta política de ataque a la clase obrera y a les jóvenes tiene y tendrá un avance represivo. Allí se inscribe el “Servicio Cívico Voluntario” de Bullrich. No sorprende, por otro lado, que el kirchnerismo no combata esta política y la considere “un paliativo”: la Gendarmería es un pilar fundamental de la campaña de Kicillof y Magario en la provincia. La UJS, en contraste, se convoca y movilizará en masa el 1° de agosto, para exigir justicia por Santiago Maldonado.


La última etapa


El objetivo de nuestra campaña es ganar a la juventud a un programa para romper con el FMI y el clero, y salir a pelear contra la criminalización, la reforma laboral y por el aborto legal. Esta campaña entra en la recta final y todo el impulso de la UJS está puesto en sumar a cada vez más jóvenes a esta pelea. El desafío está claro. Manos a la obra.