Políticas

8/5/2019

La polémica Mercado Libre-Grabois

La flexibilización laboral, del kirchnerismo al macrismo.

En los últimos días, la compañía Mercado Libre fue noticia por transformarse en la empresa argentina de mayor valor de mercado, por encima de YPF y Techint, con una cotización de más de 28 mil millones de dólares.


En ese contexto, el dirigente de Patria Grande, Juan Grabois, se cruzó en Twitter con el empresario Marcos Galperín, dueño de ML. Grabois tuiteó: "Mercado Libre es contrabando, evasión, especulación financiera, abuso al consumidor y competencia desleal. Su éxito es la destrucción de miles de puestos de trabajo. Macri los hizo multimillonarios a costa tuya".


Efectivamente, Mercado Libre, contra la interesada opinión que lo presenta como el modelo de un emprendedor que se abre paso solo en el mundo, ha crecido sobre la base de la superexplotación de sus trabajadores, las exenciones impositivas y los convenios con el Estado. Dicho todo esto, lo que Grabois omitió en su denuncia es que el fulgurante ascenso de Mercado Libre se hizo no sólo bajo el macrismo sino también bajo el kirchnerismo y en parte gracias a las concesiones fabulosas que éste le prodigó.


Galperín es un acérrimo enemigo de la organización sindical de los trabajadores. Se pronunció a favor de la ley de hiperexplotación esclavista promovida por el fascista Bolsonaro en Brasil y declaró: “Viendo la reforma laboral brasilera, Argentina puede: 1) imitarla, 2) salirse del Mercosur o 3) resignarse a perder millones de empleos a Brasil”.


En una entrevista con La Nación, postuló un “mercado laboral flexible” al estilo brasileño (que viene de autorizar el banco de horas) y atribuyó los problemas de empleo a una supuesta rigidez del mercado de trabajo. “El sector privado no genera empleo, porque el marco general no permite generar empleo sustentable. Es un tema imprescindible que hay que resolver”. Pero la crisis muestra que la no generación de empleo en el sector privado no responde al “costo laboral”, que está por el piso, sino a las tendencias recesivas y a la sobreproducción de mercancías.


Los beneficios que le redujeron el pago de los impuestos a Galperín (mientras los trabajadores siguen pagando el impuesto a las ganancias) fueron instaurados por Néstor Kirchner en 2004 mediante el decreto de ley 25.922, que fue ampliado por Cristina Fernández y que permitió que renombrados derechistas como Alfonso Prat Gay le enrostraran a Grabois ese “detalle”: “La Ley 25.922/04 es del gobierno de Néstor Kirchner. Su ampliación, la Ley 26.692/11, del primer gobierno de Cristina Fernández de Kirchner”, tuiteó. Cuando Grabois denuncia las políticas que posibilitan las hiperganancias empresariales a costa de la explotación, resuena el viejo refrán latino del poeta romano Horacio: “De te fabula, narratur”. 


La desafortunada ocurrencia del papal Grabois se le dio vuelta de manera acelerada porque reveló que la fracción política que defiende coincide con la misma fracción que denuncia, sin haberse dado cuenta. Por eso es necesario desarrollar una salida política obrera independiente de los partidos patronales. Y, claro, de las iglesias y monarquías teocráticas que se posicionan a favor de los actuales dueños del mundo.