Políticas

20/1/2000|653

La política del Partido Obrero

El Partido Obrero va a intervenir en las elecciones de Capital para levantar tribunas de lucha y de denuncia frente a la ofensiva antiobrera lanzada nacionalmente por el gobierno aliancista, que se expresa en la reforma laboral, el impuestazo, los despidos masivos en la administración pública, los desalojos contra la población de villas e inquilinatos y la entrega de la educación, en todos los niveles, al gran capital y el clero.


Pero las elecciones deben servir también para promover, y hacer conciente, la nueva delimitación política que se impone a partir del gobierno aliancista.


Los que llegaron al gobierno bajo la consigna del Chau Menem están llevando adelante la ofensiva antiobrera que el menemismo, golpeado por la movilización popular, ya no podía emprender. Los que convocaron al “gran frente contra Menem” (sin importarles que el programa de ese frente fuera impuesto por el gran capital y sus partidos) han fracasado: la Alianza es el gobierno del FMI. El Banco Mundial y la gran patronal flexibilizadora, es decir, de los mismos intereses sociales que gobernaron con Menem.


Es necesario afrontar las luchas que se vienen con otra perspectiva política, el centroizquierdismo, que negaba las reivindicaciones (y hasta la propia existencia) de la clase obrera -ha terminado rendido ante el gran capital. Los explotados tenemos que abrirle paso a nuestra propia salida.


Frente a esta situación, el Partido Obrero plantea: construyamos un Frente de Lucha de la clase obrera y los explotados, contra el FMI y sus sirvientes; impulsemos la convocatoria de Congresos de Trabajadores en sindicatos, barrios y en todo el distrito, donde debatamos un programa y una movilización unificada contra el gobierno proimperialista.


Llamamos a los activistas obreros, sindicatos, a las organizaciones populares y partidos a estructurar este Frente de Lucha. La puesta en pie de listas electorales en Capital debe ser un aspecto de esa acción de conjunto que hoy tenemos planteada y que separa las aguas de esta manera: o el “gran frente” del FMI, el gran capital y el clero, o una salida nuestra.


 


Para luchar por:


1- Mínimo de 600 pesos para obreros y desocupados, por una jornada de 8 horas.


2- Ningún despido, reparto de las horas de trabajo, retiro del proyecto de ley de empleo público, efectivización de todos los trabajadores contratados. Ocupación de toda empresa que despida o cierre.


3- Abajo la reforma laboral antiobrera. Por paritarios electos por asamblea para discutir los convenios de trabajo.


4- Ningún desalojo. Por alquileres y créditos con cuotas que no excedan el 10% del ingreso del jefe de familia.


5- Plan de lucha.