Políticas

11/11/2010|1154

La política podrida del PTS en Ferroviarios del Roca

Y durante la marcha por Mariano Ferreyra

En declaraciones a DyN el 9 de noviembre, Pablo Villalba, tercerizado ferroviario del PTS, declaró: “Hay un montón de cosas en las que no estamos de acuerdo con el PO… vamos a decidir hasta dónde acompañamos la movilización. Nosotros, hasta el Ministerio de Trabajo no vamos porque tenemos resuelto el ingreso a planta permanente de 2.052 trabajadores tercerizados a partir del 20 de diciembre próximo. El Ministerio de Trabajo está cumpliendo con lo que nos prometió, así que es seguro que hasta ahí no llegamos con la marcha”, enfatizó Villalba. Diego Cardía, otro integrante de la mesa negociadora de los tercerizados, coincidió con la postura de Villalba respecto del manejo político del PO, aseguró que desde el Partido Obrero “están haciendo mucha política y nada de soluciones ‘por eso’ no voy a participar de la movilización” (agencia DyN).

El PTS sabe, por su participación en la reunión organizadora de la marcha, que la posible llegada al Ministerio era para simbolizar el repudio al amparo a la patota sindical por parte del gobierno y de ese Ministerio, puesto que no estaba previsto entregar nota ni reclamo por los tercerizados que vienen canalizando allí los reclamos por sus propios medios. Sin conocer todo esto, los organizadores de la marcha resolvieron terminar en Plaza de Mayo por el horario y el extenso recorrido. Cabe preguntarse cómo llega un militante del PTS a semejante franela con el Ministerio que dirige Carlos Tomada, quien fue veinte años abogado de la Unión Ferroviaria, que a su vez forreó durante 23 audiencias a los despedidos tercerizados. Las declaraciones fueron un ataque a la marcha por Mariano Ferreyra desde la marcha misma.

Este compañero vocero no estuvo en Barracas cuando mataron a Mariano. El y otros tres compañeros de esa corriente se habían ido aproximadamente una hora antes. La exigua delegación tuvo que ver con su oposición tenaz a volver a cortar las vías después del corte de julio -en el que se la pasaron proponiendo levantarlo-; y a reemplazar la lucha con propuestas de peñas, actos y otras actividades que no presentaban salida a los tercerizados, los cuales, cansados, revolvieron cortar las vías. Sufrieron, entonces, una campaña en contra por parte del PTS, que llevó a los tercerizados a denunciarlos en un volante. Tras la gran marcha del 21 de octubre, los del PTS sacaron un texto de un fino cinismo donde se “enorgullecen haber estado en la misma trinchera de Mariano”. Luego del crimen de Barracas, donde hubo compañeros de Convergencia, del MTR, del PO y tercerizados, pero ninguno del PTS, montaron una política ultimatista de “todos a planta permanente o nada”. Con esa excusa denunciaron un acta propuesta por el abogado revolucionario Gustavo Mendieta, quien estuvo en el piquete con los obreros baleados, en la que se proponía la reincorporación y la formación de una comisión para el pase a planta de todos los tercerizados al 30 de noviembre. Ese borrador no fue aceptado por el Ministerio, que viene actuando mediante actas unilaterales. Pero a estas alturas, esa acta es un documento histórico en esta lucha: sus pasos se están cumpliendo al milímetro, sólo que el compromiso de pase a planta se estaría realizando al 20 de diciembre, unos días después. El acta marcaba una política que tenía que pasar necesariamente por la reincorporación de aquellos que estaban en la calle y que, además, fueron los protagonistas de la lucha. Basados en la patraña de cuestionar el acta, se aliaron a sectores operados por Hugo Moyano de la CGT para expulsar al abogado Gustavo Mendieta de la comisión negociadora, lo que dividió la comisión, porque jamás los activistas honestos del movimiento podían aceptar semejante inmoralidad. Los militantes ferroviarios del MTR ya han roto con esa comisión expulsadora que, como apreciamos ahora, ha pasado a la franela con el ministerio kirchnerista.

Todo militante del PTS debe discutir esa conducta podrida, pérfida y oportunista con la burocracia moyanista y el Ministerio de Trabajo, cobarde e intrigante, por parte de su partido, armada desde su dirección. Los cien ferroviarios que marcharon con Causa Ferroviaria el 9 de noviembre están sacando claras conclusiones.