La prensa K hace campaña por Del Caño en las Paso del Frente de Izquierda


El PTS publicó en su portal La Izquierda Diario un artículo de su editorialista estrella que debe alertar a la militancia del Frente de Izquierda en particular y de la izquierda en general. Casi como de pasada, señala que “la decisión que tomó el kirchnerismo de encolumnarse detrás de la candidatura del peronismo conservador de Daniel Scioli abre la posibilidad de que una franja de sus adherentes ‘por izquierda’ se inclinen hacia el Frente de Izquierda. Algunos referentes públicos y periodísticos que representan a ese espacio han manifestado sus simpatías por el diputado mendocino” Nicolás del Caño. En otro artículo el mismo editorialista dice que por la bajada de Randazzo hay un “run-run” de que sus seguidores apoyarán al PTS. Estamos en presencia, por lo tanto, de una temática repetida, o para ser más exactos, de una política deliberada. Los kirchneristas descontentos no aportarían al Frente de Izquierda sino al PTS. Tenemos la autoproclamación elevada a la enésima potencia.


¿A qué y quién se refiere el PTS con “referentes públicos y periodísticos” del kirchnerismo? Si nos dejamos guiar por la acción de ciertos grupos mediáticos debemos concluir que el apoyo que recibe el PTS viene de más arriba y sigue órdenes estrictas. Para ello basta ver el trato preferencial que le brindan ciertos medios de comunicación que sobreviven gracias a la pauta oficial. Nos referimos, por ejemplo, al Grupo 23 de los empresarios Szpolski-Garfunkel, a Página/12, a Buenos Aires Herald y a la misma agencia de noticias del gobierno (Télam).


 


El PTS demanda estas simpatías de manera pública y sin cuidar las formas. En una escena en “Intratables” que superó el bochorno, Myriam Bregman le pidió a Artemio López que vote por Del Caño, cuando el puntero del kirchnerismo acusaba a Jorge Altamira de ser parte de la “casta política”. Ni una palabra en defensa de la trayectoria de Altamira -el enemigo común. Fue Luis Zamora, adversario del Frente de Izquierda, quien pidió la palabra para defender a Altamira, mientras Bregman seguía rogándole a Artemio López que vote por “Del Caño”. Nos limitamos aquí a tomar nota del hecho, toda vez que las conductas indignas descalifican por sí mismas al que las protagoniza.


 


 


 


Adversario estratégico


 


La pregunta que surge es por qué el kirchnerismo tomaría partido por el PTS en las internas de las Paso. Una respuesta correcta sería que caracterizan al Partido Obrero y a Altamira como adversarios estratégicos. Cuando en Santa Cruz Néstor Kirchner reformó la Constitución provincial para establecer un régimen de unicato político, con ley de lemas, reelección indefinida y un sistema de diputados por pueblo que distorsiona por completo la representación popular, los diputados constituyentes que se opusieron fueron los del Partido Obrero. Esa batalla se extendió al sindicato docente dirigido por el PO, cuando el gobierno impuso el presentismo. 


 


Nuestro partido fue el único en declarar que el objetivo de “reconstruir la burguesía nacional”, anunciado por Kirchner en su discurso de asunción, era históricamente reaccionario e iba a ser costeado por los trabajadores. En oposición a esta tentativa “nacional y popular” llamamos a desarrollar una alternativa obrera y socialista. Esta oposición de principios, desarrollada sistemáticamente durante una década, permitió al Frente de Izquierda quedar plasmado como una delimitación de principios con el kirchnerismo y el pseudonacionalismo burgués en general. En ese mismo momento la izquierda democratizante se hacía trizas por sus propias limitaciones insuperables, que incluso lo llevaron a incorporarse al frente sojero o a plantear pseudodefensas de la pequeña producción en nombre del programa de transición.


 


Los autores de la Argentina kirchnerista (libro de Christian Castillo) han hecho lo suyo para que el gobierno identifique al PO y no al PTS como su adversario estratégico. Ahí tenemos la abstención de Del Caño al votarse el acuerdo de rescate financiero con China -o sea, la declaración de intangibilidad de las reservas del Banco Central reclamadas por China para ejecutar los acuerdos que le permitieron a Argentina pagar su deuda externa, o la reciente abstención de los diputados del “bloque PTS” en el Congreso al votarse artículos claves de la aplicación de la modificación del Código Procesal Penal, que vehiculiza la legislación represiva del Estado burgués. En el mismo sentido deben entenderse declaraciones de marzo pasado donde se afirma que “la acusación (de Nisman) contra la Presidenta era tan inconsistente” (declaraciones de Myriam Bregman sobre la desestimación de la denuncia de Nisman), lo que habrá sonado como música para los oídos de los funcionarios kirchneristas, o las marchas a la Embajada de Estados Unidos en el conflicto de Lear, pidiendo que se cumpla legislación argentina, que fue la que aplicó la empresa para despedir trabajadores.


 


 


Usurpación funcional


 


La usurpación de bancas del Frente de Izquierda es netamente funcional a los enemigos del Frente y al kirchnerismo, esto porque anuncia una tendencia escisionista en el Frente de Izquierda.


 


El interés del kirchnerismo en las Paso del Frente de Izquierda no debiera sorprender. Obviamente, los K van a ir a votar por Scioli en las Paso -no pueden votar en el Frente de Izquierda. Tratan, entonces, de modificar la tendencia del voto en el Frente de Izquierda con una campaña descalificadora del PO y de sus cuadros. Pero no solamente esto: intentan desmoralizar a los trabajadores y a la juventud que votan al Frente de Izquierda y derribar la perspectiva que él representa. Por eso, la mejor forma de combatir la insidia kirchnerista es llamar a un voto masivo al conjunto del Frente de Izquierda en las Paso, con la conciencia de que la lista que encabezan Altamira-Giordano es la que asegura el desarrollo del Frente de Izquierda.