Políticas

31/7/2008|1048

La puta oligarquía tenía razón

Desde su oficina del diario Crítica, el diputado Lozano se supera todos los días. En una columna del sábado 19 (“La sociedad se mueve”) adjudicó al lockout sojero haber producido “un salto de calidad institucional y, también, de profundización del proceso democrático”. Si para escribir esto hace falta haber perdido la noción del pudor, los argumentos que esgrime hacen dudar de su raciocinio. ¿No es lo que han sostenido siempre los representantes políticos de la oligarquía, contra el ‘aluvión zoológico’, aunque luego promovieran los golpes militares más infames. Hablar de ‘calidad institucional’ en un país cuya legislación tiene origen, en un 50%, en las dictaduras militares, obliga a un examen de alcohometría.

Dice que los cien días del conflicto permitieron “tomar la problemática del monocultivo, de la pobreza rural, de la clandestinidad laboral y el trabajo infantil”, entre otros horrores incluso peores. Tal resultado, concluye, “no tiene que ver con los resultados que uno le asignaría a un movimiento oligárquico”.

Decididamente, Lozano debería tomarse las vacaciones de invierno porque adolece de un serio ‘surmenage’. Su argumento recuerda al asesino de sus padres que invocó en la corte su condición de huérfano, para pedir la libertad.

Las lacras que menciona Lozano no las puso sobre la mesa el movimiento que mejoró la calidad institucional, sino sus críticos, en especial nosotros, que denunciamos a ambas bandas capitalistas como implacablemente explotadoras y destructoras del medio ambiente. Según Lozano, en cambio, habríamos estado en falta, por no haber apoyado a la patronal sojera. ¿Habrá atontado tanto el cigarrillo al director del diario, Jorge Lanata, que permitió la publicación de semejante atropello intelectual?

La mejora institucional que vislumbra Lozano choca, claro, con las cometas y presiones de todo tipo que realizó el oficialismo para salirse con las suyas, y los escraches y maniobras económicas que realizaron los sojeros, que ejercen un poder natural de coacción por medio de sus capitales y cuentas bancarias. Que Menem, Reutemann, Rodríguez Saa y la ‘coalición plural’ decidieran con su voto, solamente es calidad institucional en la estratosfera.

Un hijo dilecto de ese movimiento que produjo ‘un salto’ en la calidad, nos referimos al gobernador Schiaretti, acaba de utilizar los procedimientos de Kirchner para imponer en la Legislatura de Córdoba una reducción de las jubilaciones -al reponer como diputados a los ministros que tenían licencia.

Lozano tendría que dejar de darse manija si no quiere quedar con el picaporte en la mano.