Políticas

28/6/2017

La rebelión de Stonewall: la lucha LGBTI contra el sistema

El 28 de junio se cumplen 48 años de la revuelta que marcó un antes y un después para el colectivo.

1969 Santa Fe Capital

A fines de los años 60 el barrio Greenwich Village era un bastión de la Nueva York contestataria y allí se congregaban la cultura artística, la bohemia y la política antibelicista contra la invasión a Vietnam del momento. Sencillamente denominado "el Village", el barrio era la meca para la diversidad sexual, uno de los lugares más seguros en todo el país para declararse homosexual hacia fines de la década, el apogeo de la revolución sexual.


 


En el corazón del Village estaba el Stonewall Inn: un bar de baile y reunión lleno de contrastes, en particular de jóvenes sin techo, afroamericanos y latinos, gays, 'drag queens', travestis y transexuales. Todos los que no eran bienvenidos en ninguna parte de la "gran América" encontraban solaz en la posada del Stonewall, donde los rutinarios allanamientos del resabio macartista no eran tan seguidos como en algunos de los otros bares, porque pertenecía a la mafia que coimeaba a la policía para poder expender bebidas alcohólicas.


 


La constante amenaza de acoso por parte de la policía se cernía en especial sobre los hombres homosexuales. Los arrestaban por usar vestidos de mujer, por servir bebidas a gays ('gay' era el término con que en ese entonces se denominaba a toda la comunidad LGBTI), por tocarse con otro hombre e incluso por mantener contacto visual entre ellos por mucho tiempo. Y si los detenían, sus nombres podían aparecer en el diario, y entonces podían llegar a quedarse sin casa o perder el trabajo o corrían el riesgo de que los echaran de la escuela.


 


28 de junio de 1969. Se produce un inesperado allanamiento en el Stonewall Inn, con orden del gobierno de la ciudad para terminar con la "inmoralidad". Por lo general, la policía nada más revisaba los documentos de todos, arrestaba a unas cuantas personas y después se iba. Pero en esta noche, empezaron a acorralar y a capturar con violencia a todo el mundo, adentro y en las calles de alrededor del bar. Sin embargo, en vez de huir o dejarse arrestar, las víctimas del acoso policial se resistieron: se atrincheraron en un piquete espontáneo en la entrada del Stonewall, les tiraron piedras y botellas, abollaron patrulleros y corrieron a los policías del barrio, mientras cantaban "We shall overcome" ('venceremos'), el himno de protesta del folclore estadounidense.


 


Nadie sabe con seguridad quién inició la revuelta, pero algunas de las personas que protagonizaron la rebelión fueron Marsha Johnson, una mujer trans afroamericana que se dice que destrozó a pedradas uno de los patrulleros; Stormé DeLarverie, una lesbiana de Nueva Orleans que dicen que dio el primer puñetazo a un policía y llamó a todos a defenderse; y Silvia Rivera, una muchacha transgénero de 17 años de ascendencia puertorriqueña y venezolana que perfilaba su activismo por los derechos civiles de la comunidad LGBTI.


 


¿Y por qué peleaban, por qué se rebelaron? Porque querían que los dejaran en paz. Eran personas que ya bastante habían sido marginadas, perseguidas y acosadas durante años por no encajar en los cánones restrictivos del tipo de sociedad que imponía la clase dominante. La comunidad LGBTI le daba un buen sacudón al sistema, no querían ser parte de él.


 


No se trataba de inclusión ni de adaptación a la sociedad heterosexual. Podría decirse que la revuelta fue el primer paso hacia el matrimonio igualitario, pero, de hecho, para muchos de los que estuvieron ahí significó exactamente lo contrario: nadie tenía el más mínimo interés en casarse; la sola idea no era para nada atractiva; muchos habían pasado por el matrimonio y ahora lo rechazaban. Se trataba de que pudieran tener la libertad de formar sus propias comunidades, de que los dejaran en paz.


 


La de Stonewall fue una de las primeras rebeliones en que grandes grupos de ciudadanos se unieron con el colectivo LGBTI contra la opresión del Estado para exigirle a este el derecho de vivir plenamente sin temor al acoso y la represión de sus instituciones. Después de años de ser ignorados, tuvo que darse esta intensa protesta para que el mundo entero les prestara la debida atención a los derechos de diversidad sexual e identidad de género de la comunidad LGBTI.


 


Hoy en día todavía hay países donde sus gobiernos y religiones retrógrados penalizan la "sodomía", donde se cometen verdaderos genocidios hacia el colectivo LGBTI. El matrimonio igualitario puede haber sido conquistado en una veintena de países, pero la lucha continúa en problemáticas que van desde el derecho al trabajo y la protección en ellos hasta el derecho básico de las personas trans para usar baños y otras instalaciones públicas sin que las acosen o sean víctimas de la violencia que promueven los Estados burgueses, sus instituciones y el clero, que se encarga de obstaculizar el camino al respeto por la diversidad.


 


Nuestra agrupación 1969, impulsada por el Partido Obrero a nivel nacional, toma su nombre por el año de esta revuelta, hito de la lucha por los derechos del colectivo LGBTI. El levantamiento de Stonewall abrió un camino para la constitución de un movimiento contra el aparato represivo especialmente encarnizado contra el colectivo LGTB y abrió la posibilidad de que se desarrollara un movimiento organizado de la comunidad, cuyos alcances y posibilidades siguen abiertos de la mano de su conjunción con la lucha por un gobierno de trabajadores, que acabe con todas las opresiones.