Políticas

3/10/1995|467

La rebelión popular no fue suficiente

Apenas tres días después del “Rionegrazo” del viernes 22, una huelga general de estatales paralizó completamente la provincia.


Dos días más tarde, el miércoles 27, tuvieron lugar las manifestaciones más numerosas de la historia provincial (Río Negro, 28/9).


En los días siguientes, las movilizaciones continuaron, incluso en las localidades más pequeñas, como El Bolsón, donde los estatales salieron a cortar la ruta por varias horas.


La principal consigna, en todas las marchas, fue “¡Que se vayan!”.


El ataque continúa


Mientras tanto, el gobernador electo Verani está negociando con Massaccesi y el gobierno nacional una serie de proyectos de “ajuste” (reducción de salarios y el pago en bonos de las deudas salariales y de una parte de los salarios futuros). Además se votó una ley de privatización del Banco Provincial que establece la garantía del gobierno sobre los créditos incobrables de la institución.


Un títere de Buenos Aires


Esta rabiosa política antiobrera y pro-capitalista explica el apoyo del gobierno nacional a Massaccesi, “la viga más sólida del respaldo a la senaduría de Massaccesi está fijada en el riñón político del gobierno nacional” (Río Negro, 1/10).


Para mantener a Massaccesi en la gobernación hasta el 10 de diciembre, el gobierno nacional ha otorgado “por abajo” adelantos del Tesoro a la provincia (Río Negro, 27/9) y Corach presionó insistentemente al Banco Nación para que le otorgue a Massaccesi los préstamos que no puede obtener en otro lado; “semejante jugada política implicaría la decisión política del gobierno nacional de respaldar a Massaccesi” (ídem). Como escuchó el propio gobernador electo de Corach: “Mirá Pablo, el gobierno quiere que Massaccesi llegue a diciembre” (ídem).


Está claro que el que paga impone su política. Massaccesi se ha convertido en un virtual interventor.


Los grandes pulpos frutícolas lanzan un ajuste violento. “En algunos niveles del radicalismo se considera que distintos factores de poder del Alto Valle están firmemente consustanciados con la necesidad de un ajuste duro para poner en caja al Estado. Desde esos planos del oficialismo se sostiene que Verani encuentra aquí un respaldo extrapartidario que lo alienta a endurecer su posición sobre las características de las medidas a adoptar” (Río Negro, 29/9).


La responsabilidad de la burocracia


A la burocracia sindical de los gremios estatales le incumbe la principal responsabilidad por la continuidad de los planes antiobreros.


La dirección de la Bancaria apoya el proceso de privatización y la sanción de la ley que estatiza la cartera de préstamos incobrables del banco. Con las finanzas provinciales en quiebra, el costo del salvataje de los deudores y acreedores del Banco —que supera los 100 millones de dólares— será pagado con despidos, reducciones de salarios y liquidación de servicios educativos y sanitarios.


Juan Carlos Scalesi, principal dirigente de la UPCN, mantuvo dos reuniones secretas con el gobernador electo Verani, en las que éste “sondeó el espíritu existente en esta franja del gremialismo para lograr respiro en los primeros tiempos de un gobierno que parece acercársele rápidamente” (Río Negro, 28/9).


Esta política es la que ya ha llevado a la derrota a los trabajadores cordobeses.