La recesión es mundial

Finalmente, las cuentas nacionales reconocieron lo que ha venido ocurriendo desde hace un año: la desaceleración economómica y la contracción. Esta tendencia recesiva (de la economía norteamericana) muestra una caída del PBI del 0,2%. Ha sido el detonante de la crisis financiera.

El anuncio de la contracción del cuarto trimestre de 2007 provocó una nueva caída bursátil y de los mercados financieros. El índice de la nómina salarial urbana sufrió siete meses consecutivos de caída, como resultado del aumento del desempleo y del estancamiento del salario horario. Los pedidos de seguro de desempleo vienen creciendo sistemáticamente; el número de asegurados ya es el más alto de los últimos veinte años.

La contracción no es mayor, por ahora, gracias a la inyección de 91.000 millones de dólares por devolución de impuestos; cuando se diluya, dejará en evidencia una recesión profunda y duradera, la más larga de los últimos 25 años (The Wall Street Journal, 28/7).

La construcción ya cayó un 15% respecto del año anterior. Las ventas automotrices cayeron un 10%. Esa es la razón por la cual Ford sufrió las mayores pérdidas en un solo trimestre: 8.700 millones de dólares. Ford anunció el despido inmediato del 15% de su plantilla laboral. La caída de la industria automotriz está convirtiendo a barrios enteros de las ciudades de Michigan y Ohio en “zonas siniestradas”.

Europa

La ola recesiva se ha extendido fuertemente a Europa.

Italia, que crece menos que los restantes países europeos, sufre una fuerte desaceleración como consecuencia de la inflación de los alimentos y los combustibles. El endeudamiento de los consumidores ha impedido, por ahora, una caída directa en la recesión; pero ese endeudamiento “crece demasiado rápido” (Clarín, 1/8) y está llegando a un techo. Una de cada cuatro familias sufre apremios económicos (ídem).

España asiste a un derrumbe. La pinchadura de la burbuja inmobiliaria – que fue el motor del boom de los últimos años-  es vertical: los permisos de construcción han caído en un 57% y retrocedieron a los niveles del año 2000. Según la consultora Standard & Poors, la crisis inmobiliaria española será “larga y profunda” y sus efectos sobre el resto de la economía “extremos” (El País, 31/7). El comercio minorista está en retroceso (- 10%), las ventas de autos se derrumbaron (- 30%) y las empresas extranjeras radicadas en España acusan resultados en caída.

El desempleo “registra la peor evolución de la historia en un segundo trimestre” (El País, 25/7).

El gobierno ya ha anunciado que el fondo que administra el seguro de desempleo quedará “en rojo” en 2009.

En este cuadro de “catástrofe” (El País, 25/7), las empresas españolas presentaron beneficios crecientes, pero esto se debe a la venta de activos (descapitalización) y a los beneficios registrados por sus operaciones en América Latina. Pero América Latina va a la recesión.

Algo similar ocurre con la industria automotriz europea. Pese a que la venta de automóviles cayó un 8% en Europa occidental, sus beneficios superaron las previsiones. En el caso de la Fiat, por ejemplo, obtuvo los mejores beneficios trimestrales de su historia… mientras “la matriculación de nuevos vehículos cae en picada” en Italia (Corriere della Sera, 24/7). Estos números obedecen a los “excepcionales resultados” obtenidos en Brasil, a las grandes ventas en China y en Rusia y, también, a la baratura de su planta en Serbia. Algo similar ocurre con Volskwagen (que por primera vez vendió más autos en China que en Alemania) y las automotrices francesas (con buenos resultados en Europa oriental y Rusia).

Los llamados “mercados emergentes” están jugando, por ahora, un papel de contención de la tendencia a la contracción de la economía mundial. ¿Cuánto tiempo puede durar? Sólo para mencionar la industria automotriz, los síntomas de saturación de los mercados polaco y checo han despertado un fuerte “alerta rojo” en los directorios de las grandes empresas (El Cronista, 24/7).

China en la tormenta

Quienes dijeron que China y la India serían las “locomotoras” que salvarían a la economía mundial deberían comenzar a revisar sus pronósticos. La India ya ha dejado de ser un “motor”. Y, “aunque la contracción del crecimiento que ahora aparece en China luce bastante menos evidente que la que está afectando a la India (…) la crisis mundial golpea a China”.

La desaceleración de las economías norteamericana y europea está reduciendo el superávit comercial chino: en términos anualizados, en junio cayó un 20% (El Cronista, 1/8). Las exportaciones chinas a Estados Unidos caen y las exportaciones del resto del mundo a China “crecen con bastante vigor” (ídem); “hay una pequeña pérdida de vapor en su caldera (…) hay una “desaceleración” en curso (ídem).

La resaca de los Juegos Olímpicos – que son un factor económico expansivo-  será un golpe para la economía china…

La tendencia a la contracción es la base de “la peor crisis financiera desde la Gran Depresión” (The Wall Street Journal, 1/8).