La “sionización” de la burguesía palestina

Poco antes de que las bombas comenzaran a caer sobre Gaza, Salam Fayyad, primer ministro de la Autoridad Palestina, pareció rendirse ante lo obvio y reconoció el completo fracaso de los acuerdos palestino-israelíes firmados en noviembre de 2007 en Annapolis, bajo los auspicios de George W. Bush.

“Desde la Conferencia de Annapolis, las frustraciones palestinas crecieron en la medida en que Israel aceleró la construcción de asentamientos en los territorios palestinos ocupados, incrementó la demolición de casas palestinas e intensificó su sitio sobre Gaza, todo en violación de la ley internacional y sus recientemente renovados compromisos”, reconoció Fayyad (Financial Times, 15/12).

El primer ministro -ex funcionario de la Reserva Federal norteamericana y del FMI- fue un poco más lejos cuando señaló el fracaso del “proceso de Oslo”, que dio nacimiento a la Autoridad Palestina de la cual es primer ministro. “Desde que se firmaron los acuerdos de Oslo en 1993, las condiciones empeoraron para los palestinos de a pie. La población de los asentamientos israelíes en los territorios ocupados se ha duplicado; se han desarrollado sistemas viales segregados; se erigieron bloqueos y controles militares; los árboles de olivo fueron arrancados; y un horrible muro serpentea su ruta malévola a través de Cisjordania” (ídem).

¿Qué conclusiones saca el primer ministro sobre el fracaso de la política de la Autoridad Palestina? Al respecto escribe que “Sin embargo, la Autoridad Palestina sigue inmutable en su pacífica búsqueda de la independencia” (ídem). En otras palabras, la Autoridad Palestina ha tolerado la sistemática violación de los acuerdos firmados por Israel… y está dispuesta a adaptarse a las condiciones creadas por la usurpación sionista.

Por eso Sayyad sostiene ahora que “central a nuestro enfoque es la idea de que el desarrollo económico es crítico para el éxito de nuestro proyecto de construcción estatal” y que “la Autoridad Palestina está comprometida a crear las condiciones que incentiven la inversión privada (pues) sólo el sector privado puede impulsar a Palestina hacia un crecimiento sostenido (…) Ninguno de los proyectos de desarrollo de la Autoridad Palestina hubiera sido posible sin el apoyo de los donantes e inversores internacionales” (ídem)

El llamado a la “inversión privada internacional” deja en claro la pretensión de la burguesía palestina de prosperar con el imperialismo (por sobre todo con la formación de los Estados petroleros árabes) y el sionismo. Fayyad añade que estos negocios comunes con los opresores del pueblo palestino terminarían abriendo el camino hacia el Estado palestino.

El primer ministro no expresa el punto de vista nacional de las masas oprimidas palestinas sino el de la burguesía árabe.