Políticas

3/12/2009|1111

La sorpresa del periodista

En la escuela, hay chicos que se desmayan de hambre”, decía una dirigente social en un programa local de televisión). El periodista no pudo ocultar la sorpresa que le generaba saber que eso estuviera sucediendo en una escuela del centro de Azul, ciudad cervantina. “Esto no debiera asombrar a nadie” –la dirigente. Sorpresa a la sorpresa.

“El barrio San Francisco es zona liberada” incluyó en su testimonio la vocera de un grupo de madres del barrio. Quienes la escuchaban reproducían la sorpresa del periodista.

“A Rolo lo mató la policía” (su madre). El fiscal que encubrió a los funcionarios policiales sólo fue “apercibido” después de una contundente denuncia y hoy prosigue indemne su promisoria carrera judicial. Cuando ella lo cuenta, sobrevienen gestos de espanto.

San Francisco trasciende en los medios por los episodios de violencia. Desocupación, droga y delito que se organizan a través de complejas redes que cautivan y reclutan jóvenes expropiados para entrenarlos en la lógica de la clandestinidad; colocadores a cambio del consumo, mano de obra que se paga con muerte, y se aprovecha hasta la muerte.

Mientras unos conducen y controlan estos circuitos (policía), otros allanan el camino de la impunidad (Justicia). La legitimación de la tortura y la convalidación de la producción y gerencia de la inseguridad son aspectos centrales del comportamiento de estos gobiernos (en todos sus niveles) frente a la represión policial indiscriminada y selectiva y el tráfico de protecciones según leyes no escritas con las que realizan la higiene necesaria.

El Código Contravencional es un instrumento al servicio de la causa. Y lo son también determinados tipos penales. Mientras la policía “disciplina” a quienes le servirán y a quienes le serán improductivos, las fiscalías ponen a dormir el sueño de los injustos a cualquier denuncia que lo revele, simplemente porque en la misión de la maldita nueva y vieja policía está la naturaleza del poder represivo a la que ella misma pertenece.

La secuencia de reformas legislativas refinan el modelo. Son elocuentes el impulso sciolista de reforma al Código de Procedimiento Penal (excarcelaciones), la inminente reforma a la ley 13.634 (ampliación de plazos de detención de menores) y, en el ámbito nacional, la baja de la edad de imputabilidad a 14 años.

Pero el proyecto Scioli de reforma al código de contravenciones ratifica además la política nacional de dirigir el poder represivo contra las luchas obreras en una etapa de severo ajuste contra los trabajadores (como el caso de Kraft).

En Azul, San Francisco desnuda estas formas claras de descomposición de un sistema económico y político que busca resolverse a sí mismo a un costo humano exclusivo de trabajadores y de familias de trabajadores.

Y la sorpresa del periodista es el momento en el que ya no queda espacio para negar el resultado. En el centro de la cervantina, los chicos se desmayan de hambre y en San Francisco, los espera la muerte.

Mientras gobierne el capital, éste será un destino infalible. Al pueblo trabajador –ocupado y desocupado– le corresponde encontrar el camino para su propio gobierno.