“ No debería llamar la atención la falta de controles de los locales de espectáculos públicos por parte del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires teniendo en cuenta que su vicejefe de Gobierno, Jorge Telerman, es copropietario de La Trastienda, local de espectáculos que no cumple con ninguna condición de seguridad ante casos de incendio. Su socio es el jefe de prensa de Kirchner, Albistur, quien también acapara el negocio de publicidad callejera en la Ciudad.

 

Hace un tiempo presencié un show musical en ese lugar, pudiendo notar que no existía ninguna salida de emergencia identificable, se permitía fumar dentro del local, había gran cantidad de elementos de madera, los espectadores se sentaban en mesas y sillas colocadas a muy poca distancia unas de otras (lo que dificultaba enormemente poder entrar y salir del local), no había carteles luminosos que indicaran el lugar donde se encontraba la única salida, ni tampoco se divisaban matafuegos.

 

Si el gobierno de la Ciudad controlara estos lugares, tal como dice el señor Ibarra, La Trastienda debería estar clausurada.”

 

Lo que sí se puede agregar es que el 29 de diciembre, un día antes del asesinato en masa de Cromañón, en esa insegurísima Trastienda, Telerman reunió a 700 invitados en su fiestita, quienes entre pizza y champagne (sic, La Nación ) bailaron cinco horas, cuatro de las cuales fueron a “canilla libre”.

 

Ahora La Trastienda anuncia que cerrará un par de días alegando la necesidad de arreglos y refacciones. Seguramente, las que no hizo a tiempo Chabán en Cromañón.