La UIA y los sindicatos hace 115 años
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Esto pasó un 14 de octubre de 1881, un grupo de industriales reunidos en el teatro Victoria rechazó el descanso dominica) solicitados por los empleados de comercio y la Sociedad Tipográfica Bonaerense.
Durante los últimos años del siglo XIX, la Argentina inició una fase de enorme progreso económico representado por la apertura de fábricas, frigoríficos y diferentes industrias.
La mayoría de esas empresas se movía gracias al trabajo de miles de inmigrantes llegados de Europa, mientras que los obrajes y las estancias empicaban mayoritariamente peones argentinos. Pero los dos grupos tenían en común salarios irrisorios, jomadas sin límite de horario, ausencia de descanso semanal y falla de higiene y seguridad en el trabajo. En un momento en que la prosperidad parecía haber llegado al país, mu beneficios sólo alcanzaban a pequeños grupos. Como consecuencia, surgió un movimiento de protesta obrera y, en ese marco, los empleados de comercio solicitaron a la Municipalidad que se dictara una ordenanza para obligar a los neogocios a cerrar los domingos. La Municipalidad quiso reflotar una ordenanza de 1857 que establecía el cierre de los comercios y talleres los domingos y que había sido derogada en 1872. Por lo lanío, los negocios solamente cerraban sus puertas los domingos por la mañana para permitir que sus empleados asistieran a misa. Pero el Club Industrial, convertido más tarde en la Unión Industrial, protestó ante el intendente Torcuato de Alvear y ante el Ministerio del Interior. Sus miembros se reunieron en el Teatro Victoria para rechazar la ordenanza y encargaron la defensa de sus intereses a Manuel Quintana, futuro presidente de la República, logrando la derogación de la medida.
Extraído de Clarín, de 14/10/96