Políticas

17/10/1996|515

La UIA y los sindicatos hace 115 años

Esto pasó un 14 de octubre de 1881, un grupo de industriales reunidos en el teatro Victoria re­chazó el descanso dominica) solicitados por los empleados de comercio y la Sociedad Tipográfica Bonaerense.


Durante los últimos años del siglo XIX, la Argentina inició una fase de enorme progreso económico representado por la apertura de fábri­cas, frigoríficos y diferentes industrias.


La mayoría de esas empresas se movía gracias al trabajo de miles de inmigrantes llegados de Europa, mientras que los obrajes y las estancias empicaban mayoritariamente peones argentinos. Pero los dos grupos tenían en común salarios irrisorios, jomadas sin límite de horario, ausencia de descanso semanal y falla de higiene y seguridad en el trabajo. En un momento en que la prospe­ridad parecía haber llegado al país, mu benefi­cios sólo alcanzaban a pequeños grupos. Como consecuencia, surgió un movimiento de protes­ta obrera y, en ese marco, los empleados de comercio solicitaron a la Municipalidad que se dictara una ordenanza para obligar a los neogocios a cerrar los domingos. La Municipa­lidad quiso reflotar una ordenanza de 1857 que establecía el cierre de los comercios y talleres los domingos y que había sido derogada en 1872. Por lo lanío, los negocios solamente cerraban sus puertas los domingos por la mañana para permitir que sus empleados asistieran a misa. Pero el Club Industrial, convertido más tarde en la Unión Industrial, protestó ante el intendente Torcuato de Alvear y ante el Ministerio del Interior. Sus miembros se reunieron en el Teatro Victo­ria para rechazar la ordenanza y encargaron la defensa de sus intereses a Manuel Quintana, futuro presidente de la República, logrando la derogación de la medida.


Extraído de Clarín, de 14/10/96