Políticas

13/12/2007|1021

La vereda de enfrente

Hay que rendirse a la evidencia de que Cristina Kirchner ha debutado con una gran crisis política.


La advertencia de Moyano de que podría pasarse a la vereda de enfrente viene de un sector que forma parte del régimen político que sostuvo al gobierno de Néstor Kirchner.


Refleja el empantanamiento de la política económica oficial, más allá de los intereses y apetitos del burócrata de Camioneros, y de la puja de intereses dentro de la camarilla oficial.


Nadie desmiente, por caso, la pelea entre las camarillas de Alberto Fernández y Julio de Vido, una apañando al ‘gastronómico’ Barrionuevo y la otra al chofer de camiones, Moyano.


Pero el nuevo gobierno está comprometido, por sobre todo, con una política de tarifazos y ajustes en medio de una inflación que ya supera el 20%.


Esto ocurre cuando el poder adquisitivo de los trabajadores no recuperó los niveles anteriores a la crisis y cuando el gobierno se niega a aplicar la movilidad jubilatoria establecida por la Corte en un fallo reciente.


En 2007, los salarios perdieron frente a la inflación, como lo muestra la generalización del reclamo de un doble aguinaldo.


Es cierto que al gobierno le sale la plata por las orejas, tanto es lo que recibe por el incremento de los precios internacionales y por la reactivación que este incremento produce.


Solamente la Anses tiene una caja líquida de 25.000 millones de pesos.


Pero la prioridad va para el pago de la deuda pública, los subsidios a la ‘patria contratista’, y para las ‘cometas’ y ‘peajes’ en gran escala.


El ‘nuevo’ gobierno quiere conciliar estas contradicciones reprimiendo las luchas, como la que desarrollan actualmente los trabajadores del Casino, y regimentando las próximas paritarias, para lo cual cuenta con el acuerdo de Moyano y ‘necesita de su buena voluntad’.


Como también cuenta con Yasky y compañía para la intención que acaba de ser declarada de poner en vereda a los docentes.


Por eso la ‘vereda’ de Moyano no es auténtica; tiene la cara de la extorsión y de la crisis política; la de Yasky es la del borocotismo sindical.


La verdadera vereda de enfrente todavía tiene que ser construida.


Junto a la vanguardia que surge de las luchas en los lugares de trabajo y de estudio.


“Sólo falt(a) una cosa: la vereda de enfrente” (J. L. Borges)