Políticas

3/10/2013|1288

La vivienda, el agua, la salud… y el relato alperovichista

En una batalla campal que duró más de cinco horas, mas de 400 policías desalojaron alrededor de 1.000 personas que se habían asentado desde hacía un mes en los terreno desocupados donde funcionó años atrás la ex fábrica de pirotecnia Pacífico en la zona de San José (departamento de Yerba Buena). La represión fue impresionante, un fotógrafo que registraba los hechos fue golpeado, muchas casas del vecindario fueron invadidas por el malón policial y sus moradores detenidos. La brutalidad policial no se detuvo ante mujeres embarazadas, niños o viejos, todos fueron golpeados, algunos tuvieron que ser internados, hubo muchas detenciones, varios siguen detenidos.


Llamó la atención que este hecho represivo se haya producido a un mes de las elecciones, pero es claro por el discurso gubernamental que ha buscado dar un golpe de efecto sobre la clase media (Yerba buena fue el único departamento donde, en las primarias la lista alperovichista perdió a manos del Acuerdo Cívico). Alperovich, justificando la represión salió a proclamar que no iba a permitir que se violara la propiedad privada. Compitiendo y haciendo coro, salió con el mismo argumento, el Senador radical Cano, el principal candidato del Acuerdo Cívico.


En el medio de todos estos hechos aparecieron punteros del propio oficialismo promoviendo la toma, pero la ocupación no es cuestión de punteros, como lo demuestran las más de 80.000 familias sin techo. Al compás de todo esto se han multiplicado las ocupaciones.


La represión en San José, puso en estado de asamblea a los demás asentamiento. Es el caso de Alderetes, que reúne a más de 2.500 familias. Una solución de fondo a esta crisis significa la construcción de 100.000 mil viviendas. Esto sólo puede ser financiado con un impuesto extraordinarios a los especuladores inmobiliarios y demás sectores capitalistas de la provincia. Para que los sectores de menores recursos puedan acceder, las cuotas de las viviendas no pueden afectar más del 10% de los ingresos familiares. Un plan de este alcance requiere de otras medidas extraordinarias: es necesario reunir las tierras fiscales disponibles, y un plan de expropiación a los que monopolizan los terrenos urbanos o los terrenos que rodean las ciudades, para posibilitar la efectiva construcción de viviendas para los sin techo.