El decretazo con el que el intendente Néstor Grindetti cerró un aumento salarial a los municipales de Lanús conforma un salario de hambre para miles de trabajadores del distrito. El 20% en 4 cuotas llevará el salario de la mayoría de los municipales a unos $6.000, aproximadamente, recién en noviembre. Es decir, serán ingresos equivalentes a la mitad de la canasta de pobreza, que se ubica actualmente por encima de los $13.000.

 

El decretazo que Scioli le recomendó hacer a Vidal con los docentes, lo hizo Grindetti con los municipales.

 

Este aumento queda por debajo de la inflación esperada para el 2017, que no bajará del 25%, y no hace frente a los 10 puntos perdidos en el aumento salarial municipal del 2016. Por otra parte se contrapone al “tasazo” establecido por Grindetti en diciembre último, que promedió el 36% de aumento. Nicolás Russo, cabeza del bloque massista en el Concejo Deliberante, se guardó a silencio en esta ocasión, cuando en diciembre justificó el aumento en las tasas municipales con el argumento de que serviría para recomponer el salario municipal. Quien sí salió a hacer declaraciones fue el ex intendente K y presidente del PJ local, Darío Díaz Pérez, que cínicamente señaló que el salario municipal está por debajo de la línea de pobreza, negando que estos niveles salariales además de la precarización laboral y el fraude laboral constituyen una política de Estado que atravesaron los 8 años que estuvo al frente del municipio.

 

Por su parte, el rol jugado por el sindicato municipal deja en claro que la burocracia sindical de todo pelaje deja pasar los ataques de los gobiernos contra los trabajadores. Miguel Pedelhez del Sindicato de Trabajadores Municipales de Lanús, declaró que están en una “pausa reflexiva” frente al decretazo, luego de haber realizado apenas un paro aislado semanas antes. Pero no existen medidas gremiales planificadas ni nada que se le parezca. Paula Pedelhez, hija de Miguel Pedelhez y también miembro de la directiva del sindicato, reconoció que se había acordado que el aumento sea en 3 cuotas y no en cuatro (Diario Conurbano), lo que no modificaba en nada los niveles salariales de pobreza.

 

Esta situación salarial paupérrima de la masa municipal, se complementa con la precariedad de cientos de trabajadores beneficiarios de planes sociales, que realizan tareas municipales, como barrido de calles y limpieza de plazas, fuera de todo convenio por lo que no recibirán ni un peso de este decretazo, sin obra social, en malas condiciones laborales, y con salarios aún más bajos.

 

Es necesario una nueva dirección en los sindicatos para enfrentar el ajuste, defender los salarios y las condiciones laborales. Le contraponemos un programa en defensa los trabajadores, partiendo de un salario igual a la canasta familiar y pase a planta permanente.