Políticas

31/7/2008|1048

Las contradicciones de Izquierda Socialista

Si "también ganaron grandes grupos capitalistas" ¿quién perdió?

Según Izquierda Socialista, la derogación de la 125 es “un triunfo popular” porque “fundamentalmente alejó el peligro de hacer desaparecer a miles y miles de pequeños y medianos productores, aunque la anulación…. benefició también a grandes grupos capitalistas”.

O sea que una mano lava la otra: el gran capital sojero y el gran capital en general se han fortalecido enormemente como poder social de cara al proletariado, pero al menos salvamos a los pequeños productores. ¿Tiene sentido todo esto, cuando el destino del pequeño productor es directamente inverso al del gran capital? La anulación de la 125 liberó la venta de 36 millones de toneladas que estaban acaparadas a la espera de recibir 70 dólares más por tonelada como consecuencia de la derogación de los retenciones establecidas por el gobierno. Esto representa un beneficio de cerca de 3.000 millones de dólares. Como los ‘grandes’ controlan el 65/70% de la cosecha y los ‘pequeños’ el 2%, los primeros se quedaron con 2000 millones de dólares y los segundos con 60 millones. ¿Cuánto de popular tiene este triunfo? Esto fue lo que llevó a Buzzi a declarar  a Clarín (21/7): “Los pooles tiene más que festejar que nosotros”.

Contradicción 1

IS recomienda a la FAA separarse de la Sociedad Rural y luchar por las “retenciones diferenciadas contra la concentración de la tierra en manos de los pooles y los terratenientes”. Aunque sea bien intencionado, este planteo no tiene nada de socialista, porque no modifica sino que confirma el régimen de propiedad y de explotación en el campo.

Contradicción 2

IS propugna la ruptura de FAA con la SRA, pero ella misma concurrió al acto con la Rural (en el monumento a los españoles) fortaleciendo de esa manera la unidad de las entidades del campo.  IS critica a Barrionuevo porque se junta con Duhalde y Macri, pero en la Rural se encontraban también, con IS, De la Sota, Duhalde, Macri, los Rodríguez Saa, Barrionuevo. IS plantea evitar “que los pequeños productores, la clase media y pueblos del interior sigan la política de los dirigentes de la oligarquía”, pero resulta que apoya la movilización que impuso la Mesa de Enlace, o sea el frente único de la oligarquía y la clase media rural.

Contradicción 3

El Congreso le deparó una enorme sorpresa a IS, que en su periódico había advertido contra ‘la trampa’ del Congreso. Pero resulta que este Congreso ‘enemigo del pueblo’ le acaba de dar a este pueblo una impensada ‘victoria popular’, y hasta el vice se sumó a la causa.

Para IS, “Cobos y los senadores que votaron en contra no lo hicieron por ser ‘políticos honestos’ sino porque fueron víctimas de la presión popular”. ¿Pero por qué necesitaban sufrir esta presión si IS admite que “la anulación benefició también a grandes grupos capitalistas”? El Congreso votó como lo hizo bajo la ‘presión’ de sus propios intereses de clase.

Contradicción 4

IS ve en la convocatoria al consejo del salario mínimo una secuela de la ‘victoria popular’; la inmensa mayoría de los observadores opina que es otro intento de ganar apoyo popular para reequilibrar la victoria de los sojeros. Sea como fuere, Schiaretti redujo jubilaciones y junto con Scioli aumentó el impuesto al consumo conocido como ingresos brutos. Habría que deducir de aquí, siguiendo el método de IS, que no fue una victoria sino una derrota.

Si para reconocer una ‘victoria’ hay que leer la hoja del futuro, nos metemos en la astrología. Hagámosla más fácil: cerca de 2.000 millones de dólares para los grandes explotadores del campo es una victoria de la oligarquía. ¿Qué dirá más adelante IS cuando el arreglo del Indek aumente el valor de la deuda externa o cuando se aplique el tarifazo a la electricidad y el transporte como ya ocurre con las naftas?

En un folleto, Liliana Olivero nos criticó por ayudar a “la confusión al hablar de ‘pelea entre capitalistas'”, pero los hechos han mostrado que teníamos razón, que se han peleado por una porción del ingreso de 36 millones de soja, fuesen para el capital y la oligarquía agraria o para el pago de la deuda externa. De entrada dijimos también que se trataba de la expresión de una crisis sistémica; es decir, del régimen devaluacionista y de subsidios al capital establecido a partir de 2001.

Los argumentos que vuelve a ofrecer IS en defensa de su posición son débiles y por sobre todo inconsistentes, en relación con la realidad agraria. Desde este artículo proponemos organizar una discusión metódica de estas diferencias.