Políticas

23/6/2011|1182

Las corporaciones, los K y los servicios de inteligencia

De Hugo Alconada Mon (La Nación)

Según una compleja investigación judicial, Roberto Gustavo Viazzo se convirtió en un especialista en el negocio ilegal de emitir facturas apócrifas; en veinte años de llevar contabilidades en paralelo, habría superado los 1.000 millones de pesos de facturación “trucha”, que les sirvió a muchas empresas (e incluso organismos del Estado) para evadir impuestos a gran escala (…) los usuarios de sus facturas ya admitieron su falsedad, sin detallar si las utilizaron sólo para evadir impuestos o para esconder el pago de coimas, como sospechan en Tribunales.

En total, las empresas se acogieron a la moratoria por más de 615 millones de pesos, (y) evitaron la persecución penal. La lista completa de empresas resulta inabarcable. Aparecen compañías de servicios públicos, como Telecom Argentina y Aguas Argentinas; Metrovías, de Benito Roggio, o Teba (empresa investigada por el pago de dádivas al entonces secretario de Transporte Ricardo Jaime). También, Ledesma, Gotti y Palma -a las que vinculan con Lázaro Báez-, OCA, Casino de Buenos Aires (bajo control español antes del ingreso del empresario patagónico Cristóbal López), Boldt, Southern Winds (aerolínea que colapsó tras el hallazgo de cocaína en valijas enviadas a España), Atanor, Ciccone Calcográfica, los bancos de San Juan y Columbia, y varias cerealeras poco conocidas. También, Siemens, Disco, Coto y Conarpesa (una de las principales aportantes a la campaña kirchnerista); también varias oficinas públicas. Desde algunas municipalidades hasta el mismísimo Congreso de la Nación, según reconstruyó La Nación. ¿Acaso para inflar costos con servicios fantasma y quedarse con el vuelto, como sospechan los investigadores?

Entre esos intermediarios descolló el contador Diego Evaristo Díaz Bonilla.

La pesquisa detectó otro dato curioso. Junto a Díaz Bonilla, varios protagonistas de la trama compartían un rasgo singular: el club Hindú. Entre ellos, Osvaldo Díaz de Vivar -“El Barba”-, jefe de otra usina de facturas truchas, el “grupo MKT”, sobre el que pronto quedaron en evidencia sus vínculos notables con sectores de los servicios de inteligencia.

A los tres -Díaz Bonilla, Viazzo y Díaz de Vivar- se suma un cuarto gran protagonista, Eduardo Corrado, quien también lideró una “usina” de facturas truchas. Antecedentes en la zona gris tiene: siempre se sospechó que era uno de los encubridores de las coimas en el caso “IBM-Banco Nación”.

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