Políticas

15/11/2021

Las elecciones legislativas en Córdoba

Un primer balance.

El resultado de las elecciones definitivas ha extendido la votación que las variantes derechistas habían obtenido en las Paso en la provincia de Córdoba. La elección la ganó la lista de Juntos por el Cambio, encabezada por Luis Juez y Rodrigo De Loredo, con el 54% de los votos, seguido por Hacemos por Córdoba, la formación del gobernador Schiaretti, con el 25%. En tercer lugar quedó la lista del gobierno nacional con el 10%; en cuarto, se colocó la formación de las Iglesias, Encuentro Vecinal Córdoba, con el 3,8%. De esa forma el macrismo se quedó con dos senadores y seis diputados nacionales, el gobierno provincial con una senadora y dos diputado y el PJ-kirchnerismo con un diputado, perdiendo el único senador que tenía por Córdoba.

El fracaso del gobierno nacional que hundió al país y a la provincia en la pobreza y la desocupación abrió la posibilidad de todo un desarrollo de la derecha, y, dentro de ella, de su variante más extrema y fascistizante. Hace dos años, Luis Juez obtenía tan solo el 21% de los votos en la intendencia de la capital cordobesa; ahora, alcanza el 55% en el mismo distrito. Explotando el deterioro creciente del PJ-kirchnerismo, Juez fue levantando un programa completamente patronal, que ganó el apoyo de gran parte de la burguesía que domina en la provincia.

El planteo de la reforma laboral y jubilatoria es defendido en primer lugar por el “juecismo”, al mismo tiempo que establece toda la agenda del capital agrario, con la eliminación de las retenciones y una nueva ley de biocombustibles como puntos centrales. La posición negacionista con relación a la pandemia, e incluso a la depredación ambiental, tienen el mismo contenido. Pero Juez no solo se quedó en el “programa”, sino que se ha alineado a la derecha bolsonarista para dar garantías al capital de que llevará adelante sus propuestas.

Patricia Bullrich es la dirigente nacional con la cual se referencia Juez dentro de la alianza derechista. Su segunda candidata a senadora, Carmen Álvarez Rivero, representa directamente a la Iglesia Católica y sectores confesionales y genocidas, y tiene como principal propuesta conformar una nueva mayoría en el Congreso para derogar el aborto legal. Y si algo faltaba, hay que decir que a Juez lo apoyan los fachos-libertarios del Milei en Córdoba. El desarrollo del juecismo-macrismo es la expresión de una orientación política de la clase capitalista, que reclama más ajuste, devaluación y precarización contra la clase trabajadora y la represión para garantizar ese ataque general.

El mandato burgués también dirige al resto de las formaciones patronales. Schiaretti, luego de las Paso, profundizó su derechismo y pasó a la oposición abierta en contra del kirchnerismo. Ahora tiene por delante una carrera derechista de dos años, hasta 2023. Resulta que la elección de Juntos por el Cambio le roba base social capitalista a Schiaretti, y, además, el resultado de estas elecciones puede unificar una fórmula para la próxima elección de gobernador, aunque todavía falta mucho. Ante ello, desde el seno del PJ provincial se ha lanzado la candidatura presidencial de Schiaretti para 2023, que tiene como objetivo primero mantener el poder de la provincia.

También el kirchnerismo reafirmó su derechismo. A Córdoba no vinieron ni Alberto Fernández ni Cristina para apoyar a sus candidatos locales, pero sí apareció el jefe de Gabinete, el derechista Juan Manzur, para dejarles bien en claro a los capitalistas cuál es el rumbo del gobierno nacional. Es la continuidad del propio armado de la lista kirchnerista en Córdoba que estuvo encabezada por los pejotistas Carlos Caserio y Martin Gil, actual intendente de Villa María.

El Frente de Izquierda Unidad finalmente obtuvo el 3,54% de los votos en toda la provincia y 5% en la capital. Se trata de un retroceso en relación a las Paso del 12 de septiembre pasado donde obtuvimos el 4,3%, pero representa una recomposición respecto a octubre del 2019, donde habíamos sacado el 2,5% de los votos. El retroceso que se dio en estos dos meses tiene como causa principal la ausencia de una campaña común luego de las Paso. La lista ganadora de IS-PTS, que había obtenido la mitad de los votos de la alianza, se negó sistemáticamente a realizar cualquier clase de acción común con las otras dos listas del MST y del PO quienes habían obtenido la otra mitad de los votos. Por la negativa de IS-PTS no hubo actos ni recorridas comunes y ni siquiera quisieron hacer una conferencia de prensa para anunciar la campaña hacia el 14 de noviembre. El faccionalismo mediático primó sobre la unidad que necesitábamos.

En toda la campaña del FIT-U se destacó enormemente la militancia del Partido Obrero que protagonizó la más grande movilización que la izquierda haya desarrollado en la historia de la provincia. La agitación política fue dando paso a un reagrupamiento político revolucionario sin precedentes que tuvo muchos episodios. Durante la campaña de las Paso, el PO convocó un acto con cerca de 9.000 mil personas y realizó 140 asambleas y reuniones en barriadas y lugares de trabajo. En esta parte final de la campaña, esa iniciativa continuó con el desarrollo de 20 actos políticos que agruparon luchadores/as en las principales zonas de la capital y en las principales ciudades del interior, tales como Río Cuarto, Jesús María, La Calera, Río Tercero, Malvinas Argentinas, Juárez Celman, entre otras.

En el medio de la campaña, cientos de activistas se han incorporado a las filas del Partido Obrero y muchos más manifiestan su decisión en ese sentido, dando cuenta de un desarrollo consciente de la clase obrera, que necesita más que nunca una alternativa política. Con el resultado electoral y con este salto de la organización revolucionaria nos preparamos con todo para enfrentar al derechismo del capital y sus partidos y pelear por una salida de trabajadores.