Políticas

12/12/2017

Las mentiras oficiales sobre la reforma previsional

El proyecto del gobierno liquida las jubilaciones

Toda la maquinaria del macrismo se puso en marcha para que Diputados apruebe sin cambios la reforma previsional que ya pasó airosamente por Senadores donde contó con el apoyo del bloque del PJ que encabeza Miguel Pichetto y que supone una sustracción de $100 mil millones de pesos de los ya enflaquecidos bolsillos de los jubilados.


El argumento esgrimido por el Pro y sus aliados para apoyar el proyecto confiscatorio es que supone una mejora para los haberes de los jubilados ya que, en palabras del Procurador del Tesoro, Bernardo Saravia Frías, culminarían el 2018 con un aumento del 5% por encima de la inflación estimada para el próximo año y aventuran que incluso mejoraría la situación de los beneficiarios si se lo compara con el actual índice de actualización.


Alcanzó este argumento, que no resiste el menor análisis, para que la estrella “crítica” del oficialismo, Lilita Carrió, se “convenciera” de las ventajas del proyecto y dejara de lado cualquier tipo de cuestionamiento. Estará levantando la mano en la sesión donde se trate, como cada vez que el oficialismo necesitó su voto para aprobar proyectos antiobreros y antipopulares.


 


Falsedades


La falsedad de este aseveración no solo se prueba por la simple razón de que es el propio gobierno el que reconoce que, con los cambios, en el año 2018 se “ahorrará” aquellos $100 mil millones en el pago de beneficios previsionales, sino que, según un cálculo simple que realizó Ismael Bermúdez en el diario Clarín (12/12), los jubilados perderían en marzo del año próximo 9 puntos por la aplicación del nuevo índice, y seguirían perdiendo hacia adelante a lo largo del año próximo y de los siguientes.


Como han destacado todos los medios y los especialistas, con el índice de actualización actual, en marzo del 2018 los jubilados recibirían un aumento del 14,5%, mientras que con el nuevo apenas recibirían un 5,7%, es decir casi 9 puntos menos. Esto porque para el nuevo cálculo, se tomaría la variación de la inflación de los meses de junio a septiembre del 2017, mientras que con el actual se tomaría la que va de junio a diciembre.


El argumento oficial es que la diferencia se recuperaría en junio de 2018 cuando llegue la segunda actualización del año.  Esto es totalmente falso y de un nivel enorme de cinismo.


Como indica Bermúdez, la actualización de junio se calcularía sobre el aumento de la inflación de setiembre a diciembre actuales. Es decir que no solo se aplicaría la variación de los precios de seis meses atrás sino que, de todas maneras, ni siquiera ese mes se alcanzaría el 14,5% que los jubilados deberían cobrar en marzo.


Por ejemplo, para una jubilación de $10.000 el aumento en marzo sería de $570 (contra $1.450 con el actual índice) y en junio, por la inflación de setiembre-diciembre, se le aplicaría entre el 5 y el 6 por ciento más, es decir entre $530 y $630. Sumados los dos aumentos, se llegaría a entre $1100 y $1200, es decir entre $250 y $350 menos, y con un trimestre de retraso.


Como esta mecánica se extenderá hacia adelante, los haberes seguirán en picada y con una pérdida permanente de poder adquisitivo.


 


Haberes de miseria


Esto no supone que el actual índice de actualización permitiera superar la miseria de los haberes que apenas llegan a $7.246 para el 65% de los jubilados. Esta miseria, que se mantuvo a lo largo de los 12 años de kirchnerismo, tiene su base en que el haber mínimo no llega a cubrir la mitad de la canasta básica de los jubilados y que las actualizaciones tomaron indicadores manipulados y ajenos a una necesaria mejora que llevara los haberes al 82% del salario en actividad y un mínimo que cubriera esa canasta mínima.


La política del kirchnerismo hizo perder poder adquisitivo y retrasar los haberes respecto de la inflación y los congeló en niveles de miseria. Así es que, con el índice del gobierno anterior, en el 2016 los jubilados perdieron 10 puntos respecto de la inflación general y aún más en relación a la que mide los aumentos de precios de la canasta de los jubilados.


La política del actual gobierno profundiza esa política de exacción y la intención oficial es convertir a la jubilación en una simple asignación previsional mínima, sin ningún vínculo ni relación con el salario en actividad.


Derrotar la reforma


El pasado 6 de diciembre, contra la reforma previsional y todas las reformas antiobreras, se movilizaron decenas de miles en distintos puntos del país.


El próximo paso es la convocatoria a llenar la plaza Congreso cuando se trate la reforma en Diputados. Y mantener la movilización para que no se apruebe o se derogue esta iniciativa que llevará a la miseria a millones de jubilados.


Por la derogación de la reforma previsional


Por el 82% móvil del salario en actividad


Por una jubilación mínima que cubra la canasta de los jubilados    


 


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