Políticas

15/3/2007|983

¿Las “organizaciones sociales” pueden apoyar a Filmus?


A mediados de febrero, una “Asamblea de Movimientos y Organizaciones Sociales” de la Ciudad realizó un acto para proclamar su apoyo a Filmus, el candidato de Kirchner. Entre los presentes, se destacaron “fábricas recuperadas, cooperativas de vivienda y cooperadoras escolares” (Página/12 , 7/2). Como detalle irónico, puede decirse que la reunión se realizó en el teatro de “La Máscara”. Nada más adecuado para lo que fue un ocultamiento del papel del ibarro-kirchnerismo (eso es Filmus) frente a las “organizaciones sociales”.


 


Recuperadas, cero


 


En la Ciudad, el “logro” que exhibe el kirchnerismo en relación a las fábricas recuperadas es una “ley de expropiación” impulsada por su jefe de bancada, Kravetz. Ello, luego de tres años de lucha obrera donde, a través de duras ocupaciones y reocupaciones (Brukman), la Legislatura y el gobierno sólo aceptaron transitorias “declaraciones de utilidad”. Pero la ley Kravetz establece que los vaciadores capitalistas serán resarcidos por el Estado porteño, que luego trasladará las costas de la expropiación onerosa a los trabajadores. Pero ni siquiera este restringido paso fue dado, ni por Ibarra primero, ni por Telermán después. Las recuperadas porteñas continúan en la incertidumbre, con asfixia de recursos y con trabajadores que no llegan a percibir ingresos que alcancen la línea de pobreza.


 


Aunque la ley Kravetz no condujo a ninguna expropiación definitiva, sirvió de excusa para que el ibarro-kirchnerismo les bajara el telón a las “recuperadas”. Fue el mismo Kravetz quien, un año después, pactó con el macrismo la ley Morando, que dispone un proceso de restitución parcial del Bauen a favor de la patronal vaciadora. El panorama de penuria económica y autoexplotación de las recuperadas porteñas no se diferencia, sin embargo, del que le depara el kirchnerismo a todas las fábricas que fueron ocupadas por sus trabajadores a lo largo del país.


 


Cooperativas de vivienda, cero


 


¿Qué pueden decir, en tanto, las cooperativas de vivienda del proyecto “nacional y popular”? Los agentes porteños de Kirchner pusieron en marcha un sistema de autogestión donde el Estado no pone una sola parcela de tierra fiscal, y deja a las cooperativas libradas a la voracidad del mercado inmobiliario. Si, de todos modos, la cooperativa logra acceder a un terreno, se enfrenta después con las infinitas trabas burocráticas que interpone el Instituto de Vivienda. En el plano nacional, las “cooperativas” kirchneristas de los planes Techo y Trabajo han sido un campo para la improvisación constructiva, la superexplotación y la corruptela de los punteros oficiales.


 


Las “organizaciones sociales” no tienen nada que esperar de los Filmus, Kirchner o Kravetz. Reforzar al campo oficial, en el plano político, será reforzar a sus tendencias liquidadoras de la gestión obrera. En el campo de las recuperadas, continuarán dilatando las expropiaciones para forzar a las cooperativas a asociarse con capitalistas privados o, en su defecto, a perecer a manos de sus competidores. En el plano del techo, la “autogestión” está siendo liquidada para entregarle el presupuesto de vivienda a la patria contratista. El porvenir de las organizaciones sociales y de sus conquistas pasa por romper con la cooptación oficial, y sumarse a la construcción de una alternativa propia de los explotados de la Ciudad: por la expropiación sin pago de las recuperadas, por la entrega de tierras y recursos a las cooperativas de vivienda; por la integración de ambas a un plan de reorganización social y económica de la ciudad diseñado por los trabajadores y vecinos. El porvenir de las organizaciones sociales porteñas no pasa por los partidos de los vaciadores y el capital inmobiliario, sino por una alternativa obrera y socialista.