Políticas

27/3/2014|1307

Las paradojas de Lozano

 Sobre la caracterización del ajuste K-K

lozano

De acuerdo con Claudio Lozano (“Las paradojas del ajuste”, La Nación, 23/3), el propósito de la política económica oficial es , por un lado, elevar los beneficios en dólares de la ‘cúpula empresarial’; por el otro, reunir el superávit comercial necesario para pagar los vencimientos de la deuda externa.

Para Lozano, la ‘oposición conservadora’ no puede rechazar el ajuste que reclamó largamente, pero está obligada a delimitarse del gobierno por razones electorales. Es así que denuncia el carácter ‘incompleto’ del ajuste y reclama la reducción de subsidios y el tarifazo en los servicios públicos.

Por estas contradicciones -según Lozano, “el sistema no puede pactar el ajuste”- la oposición no puede sumarse a una ‘unión nacional’. La caracterización de Lozano, sin embargo, no sale de la superficie, porque ignora el frente único de hecho entre el oficialismo y la oposición, como lo ha dejado expuesto con claridad el embate de ambos contra la huelga docente. La oposición peregrina por Nueva York, donde advierten que el capital internacional apoya el ajuste Kirchner-Kiciloff. Hay un acuerdo nacional de hecho


La oposición está obligada a distinguirse del gobierno para servir como sopapa de seguridad ante el agotamiento del kirchnerismo, al mismo tiempo que sostiene el ajuste en toda la línea. Por otro lado, advierte también que el ajuste derivará en nuevas devaluaciones y en tarifazos y, por lo tanto, en un colapso político. Las contradicciones de un Rodrigazo no pueden ser superadas por un acuerdo de gobernabilidad entre la oposición y el oficialismo. La ‘paradoja’ no es lo mismo que la contradicción, pues solamente se refiere a un defecto óptico, en tanto que la contradicción desemboca en un estallido. Asistimos a una crisis de regimen -tanto económico como político. La oposición no logra armar su propio frente único, precisamente porque la crisis tiene un carácter de conjunto, que afecta la supervivencia de sectores enteros de la burguesía.

No sorprende entonces que Lozano concluya su artículo con un llamado “a trabajar en un acuerdo político”, cuyos destinatarios son los mismos opositores que él denuncia por querer “perfeccionar el ajuste”, incluido el propio gobierno. Acaba de votar por Julio Domínguez, el K del papado, para presidir diputados y acompañó a CFK a la celebración del ascenso del gobierno Bachelet.

Lozano describe las paradojas del ajuste, pero no puede dar cuenta de las contradicciones de este ajuste, ni las de su propia política.