Políticas

10/4/2020

Las patas cortas del aumento de Kicillof a los comedores escolares

Con bombos y platillos, el gobernador Axel Kicillof, anunció la triplicación de las partidas destinadas a los comedores escolares (Ámbito 8/4), pero la realidad está bastante lejos de esas afirmaciones.


Los ingresos de una gran mayoría de las familias de nuestros alumnos dependen de trabajos informales, configurando un cuadro socio económico que explica, expresa y confirma los niveles de pobreza que al respecto arrojaron las últimas estadísticas. La puesta en vigencia de la cuarentena obligatoria coloca a este universo de personas en la situación de cero ingresos, salvo que cuenten con algún subsidio tipo AUH o algún plan que, como se sabe, son contados con los dedos de las manos.


El aislamiento obligatorio que se impone por el Covid-19 hace que las escuelas dejen de cocinar y a partir de entonces el Servicio Alimentario Escolar (SAE) comienza a entregar bolsones de alimentos que las familias retiran de las escuelas cada quince días.


El SAE depende del Ministerio de Desarrollo Social de la provincia de Buenos Aires y su articulación con las escuelas es a través de los Concejos Escolares, salvo en aquellos distritos en donde este servicio fue municipalizado, como ocurrió en varios lugares como Morón, Lanús y Lomas de Zamora, por mencionar solo algunos



Ya desde la gestión de Daniel Scioli comenzó un derrotero de ajustes que, por supuesto, María Eugenia Vidal profundizó y el actual gobernador Kicillof mantiene, responsabilizando a la gestión anterior para no modificar ni un milímetro los criterios de distribución, que en épocas normales hace que las escuelas primarias, con suerte, reciban una asignación (cupos) equivalente al 70% de la matrícula y las escuelas secundarias, con la misma suerte, al 50% de la matrícula.


Con una inflación que en el 2019 estuvo por arriba del 50%, en el mes de febrero el gobernador aumentó el valor del cupo solo en un 10%, pasando de $33 a $37. De ninguna manera, con estos anuncios, el valor de ese cupo fue triplicado y mucho menos el volumen de entrega; el contenido de los bolsones es escaso y carece de todo contenido nutricional; y quien lo percibe tiene que tirar quince días hasta la próxima entrega.


En la escuela donde quien suscribe esta nota trabaja, ubicada en una barriada popular de Lomas de Zamora, enviaron solo el cupo previamente asignado, por lo tanto solo se pudieron entregar 115 bolsas, cuando asisten 290 alumnos. La fila de gente que concurrió a retirar abarcaba una cuadra y obviamente no alcanzó para todos. Todo esto sucedió a contra mano de cualquier criterio sanitario, situación que de acuerdo a diferentes informes se replicó en varios distritos de la provincia.



Los docentes de la escuela hicimos el relevamiento de aquellas familias que se retiraron sin la bolsa de alimentos y hemos elevado la nómina a las autoridades del SAE y no hemos recibido ninguna partida adicional, pero si nos consta que la provincia y el municipio están al tanto de esta situación.


Eso sí, el gobernador fue bastante presuroso y pagó, efectivo en mano, 270 millones de dólares a los acreedores internacionales, dejando a las claras cuáles son sus prioridades.


Párrafo aparte merece la conducción provincial del Suteba, que encabeza Roberto Baradel, que en este caso le cubre las espaldas al gobernador y deja que los docentes embolsen (tarea de los proveedores que buena plata se llevan) y entreguen sin los elementos de higiene necesarios en este cuadro de pandemia.


Para cubrir todas las necesidades que necesitan las familias de nuestros alumnos es imperioso que el gobernador invierta sus prioridades y deje de pagar la deuda externa.


Reclamamos: condiciones de salubridad para quienes sostienen esta tarea, cobertura universal de toda la matrícula y provisión de alimentos y dieta acorde a las necesidades de nutrición de las familias de nuestros alumnos.