Políticas

11/6/2003|824

Las privatizadas despiden y negrean a los trabajadores.

Primero, fue con Menem. Cientos de miles de trabajadores fueron despedidos como consecuencia de la privatización de las empresas públicas. Los que quedaron, sufrieron la flexibilización laboral más atroz, la reducción de sus salarios y la precarización de las relaciones de trabajo.


Ahora, es con el gobierno nacional y popular de Kirchner.


La re-privatización de los peajes y el desembarco de los nuevos “piratas del asfalto” a los corredores viales “implicará para los casi 5.000 empleados de las rutas concesionadas una rebaja de los sueldos que oscilará entre el 20 y el 30 por ciento” (¡!) (Clarín, 1/11).


Pero, además, el huracán K aceptó que “los contratos de las nuevas concesiones no obligarán a las empresas a tomar a la totalidad del personal” (ídem).


Concretamente, las re-privatizaciones kirchneristas, además de ser un curro alevoso, dejarán en la calle a cientos de trabajadores.


Pero la política de “ajustar” a las privatizadas de parte del gobierno de Kirchner no termina aquí. La totalidad de los trabajadores retomarán sus tareas con los nuevos dueños “sin el reconocimiento de la antigüedad y sin los adicionales que venían otorgando las firmas salientes” (ídem).


La política negrera de Kirchner al servicio de las privatizadas, a las que iba a “perseguir”, se completa con el robo de las indemnizaciones a los trabajadores afectados, porque cobrarán indemnizaciones simples “en lugar de la indemnización doble que rige actualmente por la emergencia económica” (ídem).


Reducción y congelamiento salarial; flexibilidad laboral y precarización del trabajo; despidos masivos: tres ejes de la política popular de Kirchner.