Políticas

9/5/2002|753

Las privatizadas fugaron 5.000 millones

La información proveniente de España indica que las privatizadas se llevaron casi 5.000 millones de dólares en los meses, días y hasta horas previas al corralito mediante la venta de activos (por 2.300 millones) y el aumento o adelantamiento del pago de dividendos (beneficios repartidos a sus accionistas) (por 2.600millones). ¡En el cuarto año de la recesión, las empresas españolas multiplicaron por cuatro sus pagos de dividendos respecto del año anterior!


Repsol-YPF está a la cabeza, con una fuga de 1.700 millones de dólares por pago de dividendos, 800 de los cuales son “adelantados” (es decir, corresponden a “futuros ejercicios”) fueron girados el 29 de noviembre, dos días antes del corralito. En medio de la recesión, los beneficios repartidos por Repsol Argentina crecieron un ¡436% en el 2001!… una cifra que contrasta con la caída del 58% de los dividendos pagados por Repsol en España.


Le siguen Telefónica (1.530 millones fugados); Endesa (750 millones); el BSCH-Río (270 millones). En los dos primeros casos, como consecuencia de la liquidación de sus posiciones en Argentina: Telefónica se retiró de Cablevisión y Endesa de Edenor.


El vaciamiento es un intento desesperado de los grupos capitalistas de salvar sus capitales de la quiebra o como explica de manera indulgente el diario financiero español Cinco Días, “minimizar el impacto de la crisis inminente”.


El vaciamiento ha puesto al desnudo la política de pagar elevadísimos dividendos a sus accionistas, en lugar de reducir las deudas… cuyos acreedores eran, también, los principales accionistas de esas empresas. En todos los casos, el principal accionista y principal acreedor de las privatizadas es el banco BBVA de España. El caso más notable es el de Telefónica, que en el 2001 duplicó los dividendos pagados… a pesar de que no tenía “líneas de financiación de terceros suficientes para permitir, sumadas a los fondos generados internamente, atender los vencimientos de la deuda corriente” (Cinco Días, 20/4).


Inevitablemente, la anarquía capitalista hace que los movimientos de cada capitalista individual para impedir la desvalorización de sus capitales por la crisis (vaciamiento), lleven a la quiebra del conjunto del sistema: la fuga de divisas, que reprodujeron el conjunto de las empresas imperialistas instaladas en Argentina y también los capitalistas “nacionales” en las vísperas del corralito, precipitó la crisis bancaria.


Ahora, la quiebra y el vaciamiento deberán ser pagados por los trabajadores y los usuarios, que con su sacrificio deberán abrir un nuevo ciclo de acumulación, es decir, abrir el camino hacia un nuevo proceso de quiebra y vaciamiento. Para impedirlo, hay que expropiar sin pago y poner a funcionar bajo el control obrero a los pulpos que vaciaron y quebraron a la Argentina.