Políticas

19/2/2009|1072

Lea atentamente su boleta de luz

Las cajas negras

Las distribuidoras de energía no sólo cobran por la cantidad de electricidad que consume cada hogar y los gastos administrativos: son responsables de recaudar, en el caso de la provincia de Buenos Aires, otros siete impuestos que elevan en un 48,7% el costo del servicio.
El impuesto más alto y conocido es el del IVA, un 21%.

¿Y los otros seis?

“A través de dos decretos firmados durante los gobiernos militares de Ibérico Manuel Saint Jean y Francisco Imaz, el Ejecutivo bonaerense cobra un recargo del 15,5% sobre el valor de la energía con destino incierto” (La Capital, 30/8/08). Esto significa unos 500 millones de pesos anuales a valores de hoy, girados a Rentas Generales de Gobierno para gastos de presupuesto (ídem).

Otro impuesto provincial es del 5,5% y data de 1978. Fue destinado originariamente a financiar “inversiones que demande la Central de Acumulación por Bombeo en Laguna La Brava”, pero este proyecto se declaró inviable dos años después. Pero el impuesto no se anuló. “Con parte de lo recaudado se paga una deuda con el Banco de la Provincia por la construcción de la Central Piedrabuena” (ídem).

Por la Central Piedrabuena, el Estado bonaerense había pagado más de 1.000 millones de pesos (dólares) hasta hace un año y debía 3.382.788.202 de pesos por una obra cuyo costo original era un décimo del monto total. La administración fraudulenta jamás fue investigada y el monto total de la deuda fue transferido íntegramente a los habitantes de la provincia por las administraciones de la UCR y el PJ (datos contenidos en el proyecto de ley del senador Malagamba, 19/3/08). La Central fue adjudicada por Duhalde al grupo Sodigem – integrado por Camuzzi y las yanquis CEI Citicorp y Pacific, en lo que fue una primera privatización… en 30 millones de dólares.

Por su parte, las distribuidoras de energía, a cambio de prestar estos “servicios” al gobierno, obtienen los propios. El marco regulatorio de “la provincia” permite a las empresas cobrar a los usuarios un 0,6% extra como “contribución”.

Para hacerla corta, la mitad de la factura de luz se va en “cajas negras” habilitadas por sucesivos gobiernos con la complicidad de las privadas, que no forman parte del tratamiento de la llamada “ley de leyes”, es decir del presupuesto. Forma parte de un régimen impositivo que se sustenta en el consumo y es por lo tanto confiscatorio de los salarios e ingresos de los trabajadores.

Corresponde luchar por “limpiar” la boleta de luz y establecer un sistema impositivo basado exclusivamente en impuestos directos a las ganancias capitalistas, a las ganancias de capital por transacciones financieras de cualquier tipo, a las grandes fortunas, a la renta del suelo y a los patrimonios ociosos, incluyendo la concentración de propiedad habitable sin usar en las grandes ciudades.

Christian Rath