Políticas

10/12/2015|1393

Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires: PRO y K cuelgan el cartel de remate

Votaron una nueva corporación para privatizar patrimonio público


En la maratónica sesión del jueves 3, las disputas por el traspaso de mando presidencial quedaron aplacadas. ¿La razón? Un nuevo episodio del acuerdo de hierro que une al PRO y al kirchnerismo de la Ciudad: la privatización del patrimonio de público a favor del capital inmobiliario. Ambos bloques votaron la creación de la Corporación Metropolitana SE, para lo cual se necesitaban 40 votos, que sin la ayuda del kirchnerismo no se hubieran obtenido. De este modo, el remate de patrimonio de la Ciudad ha pegado un salto. 


 


La Corporación Metropolitana tiene funciones similares a las otras corporaciones privatistas creadas bajo el gobierno de Grosso e Ibarra: la Corporación Puerto Madero y la Corporación del Sur. Se trata de entes autárquicos que se apropian del suelo, y lo sustraen del control de la Ciudad, para el desarrollo de negocios a gran escala con grupos concentrados del capital inmobiliario y que implican transformaciones urbanas profundas. La Corporación Metropolitana podrá vender, subastar o concesionar tierras e inmuebles públicos, sin que tengan que pasar por la aprobación de la Legislatura, en todo el territorio de la Ciudad. Es un cheque en blanco para los Caputo y Elsztain. Este nuevo pacto de negocios PRO-K tiene como antecedentes la venta de terrenos ferroviarios que tuvo como principal beneficiario al grupo Irsa, las concesiones para bares en plazas públicas y la privatización de tierras públicas en el sur de la Ciudad.


 


El macrismo había adelantado en varios proyectos polémicos su intención de avanzar en esta orientación privatista para la Ciudad: la venta del B.A. Design en Recoleta, del predio El Dorrego en Colegiales, del Tiro Federal en Núñez entre otros (ver PO N° 1.389, “Paquetazo PRO”). Esos proyectos habían sido presentados de manera individual, pero ahora fueron aprobados juntos dentro de esta ley. Todos estos predios fueron declarados “innecesarios”, y con su venta se formará un Fondo de Desarrollo Metropolitano que podrá ser alimentado con futuras transferencias de inmuebles y ventas. Este fondo financiará proyectos inmobiliarios de envergadura, como el Parque de la Innovación, el Polo Judicial y el Centro Metropolitano Audiovisual. Como cobertura de esta entrega, se planteó que parte de la venta del Design sería para la urbanización de villas, lo que constituiría otro capítulo del “asistencialismo inmobiliario” perverso que pretende asociar las necesidades de la población al remate de la Ciudad.


 


Esta orientación social privatista para la Ciudad, su transformación en un coto de negocios inmobiliarios a gran escala, fue compartida por el PRO, el kirchnerismo, el ex Unen hoy ECO y viene desde los gobiernos pseudo-progresistas anteriores, lo que demuestra intereses de fondo en común. Ha tenido como consecuencias la enajenación de bienes públicos; el encarecimiento del suelo, la vivienda y los alquileres que pagan los trabajadores; la saturación de los servicios públicos y la falta de espacios verdes. Además, ha bloqueado la construcción de viviendas populares y la urbanización de las villas, en espera de mejores condiciones para expulsar a su población y valorizar esos terrenos. La contracara son los 200 mil inmuebles ociosos, utilizados especulativamente como reserva de valor. Contra esta política expulsiva planteamos la disolución de todas las corporaciones privatistas, impuestos a los inmuebles ociosos, eximición de impuestos a la vivienda única, revisión de los tarifazos en el ABL, créditos blandos para vivienda y un desarrollo urbano discutido por trabajadores y vecinos.