Políticas

7/10/2010|1149

Ley de medios: Impotencia e impostura

Era mucho peor de lo que pensaba -twitea melancólicamente la Presidenta. Los jueces cautelares y el grupo económico Clarín no tienen límites” (BAE, 29/9).

Un fallo de la Corte Suprema ratificó dos fallos previos que dejan en suspenso la aplicación del artículo 161 de la Ley de Medios, el cual obliga a los multimedios a desembarazarse, en el plazo de un año, de las licencias que excedan lo fijado por la ley -no más de diez licencias de radio y televisión y no más de un canal de TV de aire y uno de cable en una misma localidad. El fallo de los “supremos” le da una tregua política vital a Clarín, pues deja la decisión final para el próximo gobierno.

A raíz de otro fallo, el gobierno tampoco puede imponer un cambio de la grilla a los operadores de la TV paga. El objetivo de los K era desplazar a TN del lugar central del que se apropió hace años y ubicar en su lugar a CN 23, del multimedios ultra K de Sergio Szpolski (Revista 23, El Argentino, Tiempo Argentino). Cablevisión y DirectTV, que concentran el grueso del negocio, han dejado la grilla sin cambios.

En este escenario, Cablevisión y Fibertel anuncian inversiones en el negocio del cable y de Internet por 1.600 millones de dólares para el período 2011-13. Un plan que “va mas allá de las elecciones presidenciales del año próximo y en el que se da por descontado que la embestida kirchnerista no tendrá efectos prácticos y que la Justicia, tal como viene ocurriendo hasta ahora, continuará emitiendo fallos favorables al grupo Clarín” (El Cronista, 28/9).

Frente a esta campaña, el gobierno es incapaz de suscitar una movilización inspirada en un interés popular, porque no defiende la libertad de expresión para las mayorías populares, sino que pelea por el ingreso a los medios de los grandes pulpos de las telecomunicaciones. La batalla por eliminar a Fibertel tiene como propósito pasar los usuarios del servicio que presta Clarín a Telecom (Arnet) y Telefónica (Speedy). Una reunión de funcionarios del gobierno con los dos pulpos telefónicos y con Claro (de la mexicana Telmex) tuvo por finalidad organizar el traspaso de los clientes en los días que restan hasta la extinción de la licencia de Fibertel. “Luego de que desde el Ministerio de Planificación Federal se le ordenó a la empresa controlada por Cablevisión dejar de ofrecer sus servicios en un plazo de 90 días, el resto de las compañías salieron a pelear no sólo por el 1,1 millón de clientes de Fibertel, sino por el mercado total” (El Cronista, 4/10).

Con la aplicación parcial de la Ley de Medios -recordemos que la ley ya entró en vigencia- se advierte, además, la expansión de los grupos K. Por caso, Electroingeniería, que ya compró Canal 13 de Mendoza, creó la productora de contenidos Medios Argentinos en sociedad con PPT de Diego Gvirtz (el de 6,7,8 en Canal 7 y Duro de Domar y TVR en el Canal 9) y ahora estaría en tratativas para comprar Telefé (Perfil, 3/10).

En este cuadro, la marcha a Tribunales, convocada desde el aparato estatal, e incluso las sucesivas marchas que se habían anunciado hasta lograr un fallo favorable de la Corte, han sido acciones de aparato orientadas a tender un velo sobre su propia crisis interna. El gobierno organiza, digita y controla movilizaciones por la aplicación plena de la Ley de Medios, cuyo contenido real es el fortalecimiento de los oligopolios existentes y, a su sombra, la construcción de una red funcional al gobierno “nacional y popular”.

La pluralidad de voces que prometió la propaganda sobre la Ley de Medios está a la vista: Telecom, Telefónica, Claro, Vila-Manzano, Hadad, Perfil, Electroingeniería, Szpolski y, a despecho del gobierno, también el grupo Clarín.