Políticas

26/6/2014|1320

Ley de policías comunales, en punto muerto

Punto muerto en la Legislatura para la ley de policías comunales

La votación de la ley de policías comunales, que Scioli pretendía mostrar como el aspecto más novedoso de su “Emergencia de Seguridad”, pasó de ser punta de lanza de un reposicionamiento político a un verdadero dolor de cabeza. Para su tratamiento, contaron con el disciplinamiento de todos los legisladores cristinistas de “Chino” Navarro y La Cámpora, quienes dejaron de lado sus campañas propagandísticas anti-Bonaerense de épocas pasadas y se alinearon sin chistar al “empoderamiento” de la maldita policía que anunciaron Scioli y Granados en el paquete de Emergencia de Seguridad. La oposición al proyecto ha quedado limitada a expresiones aisladas de Verbitsky y la Comisión Provincial de la Memoria, que denuncian el reforzamiento de la Bonaerense. Según éstos, el resultado de la emergencia de Scioli mantiene a la policía y al servicio penitenciario, responsables de la organización de los jóvenes para delinquir y del aumento de abatidos en enfrentamientos armados (se proyectan 300 para el año, si se mantiene el ritmo actual), el aumento de detenciones, cacheos y secuestros policiales sin orden judicial, y la incorporación de personal retirado sin ninguna revisación real de sus antecedentes (Página/12, 1/6).

Sigue el desbande del PJ

Las principales dificultades para aprobar la nueva normativa provienen de su frente interno. Nuevo Encuentro aprobó, finalmente, el proyecto de policías comunales -consensuado entre Scioli y Massa-, a cambio de la inclusión de cláusulas “democráticas”, como la posibilidad de una consulta popular para remover el jefe de la policía comunal y la obligación de los intendentes de comparecer ante los Concejos Deliberantes e informar sobre el desempeño de estas fuerzas. Estos agregados dieron lugar a que el propio FpV hiciera caer la sesión de Diputados citada para el proyecto y que dichas cláusulas fueras removidas a pedido de los intendentes oficialistas. Una nueva sesión aprobó el proyecto, con el apoyo de los aliados permanentes del sciolismo, Nuevo Encuentro y los restos de De Narváez.

En el Senado, la cuestión se pudrió nuevamente frente a la oposición de Massa en relación al método de giro de fondos provinciales a los municipios y en la defensa de que los policías comunales actúen armados fuera de su horario de servicio. El Frente Renovador encontró eco en sectores que el FpV contaba como propios, como Ishii. El FpV pasó a cuarto intermedio antes de perder la votación. En los días posteriores, el desbande se profundizó, con la relativización de Mussi sobre la importancia de la ley y las declaraciones públicas de Insaurralde en línea con los planteos de Massa. Para terminar de configurar este escándalo, las referencias del jefe de la bancada massista en el Senado, que habló de la “sombra de la Banelco”, en referencia a coimas y presiones para hacer pasar la ley, ha dado lugar a que un fiscal platense tome la denuncia de oficio y cite a declarar a los senadores provinciales para que den testimonio del tema.


Guillermo Kane