Políticas

30/10/2008|1061

Santiago del Estero: Liberan a los campesinos presos

La justicia sojera de Zamora obligada a recular

En el último mes, la “patria sojera” de los terratenientes y los agronegocios, amparada por el régimen zamorista, se lanzó a una verdadera ofensiva usurpatoria, intimidatoria y represiva sobre las familias campesinas de Santiago del Estero.

Actuaron con parapoliciales, policía, grupos especiales, abogados y jueces. Con falsas denuncias y causas armadas fueron detenidos más de 50 campesinos y otros tantos perseguidos con pedido de captura.

Dos militantes del Mocase Vía Campesina, Luis y Santos González, quedaron procesados y presos en el penal de Santiago con una causa de características obscenas, en manos del Juez Tarchini, sólo por defender la tierra que trabajan para vivir o, como ellos dicen, “por defender nuestros derechos y nuestro territorio”.

Enfrentaron a un abogado usurpador, protegido del poder judicial de la provincia. Fueron 40 días los que se tomó la “defensa” para reducir el proceso a “lesiones”, pero no alcanzó para dictar la libertad inmediata.

El Mocase VC, que es la vertiente de la defensa de la tierra y las culturas originarias más combativa, llamó a organizar la lucha por la libertad de los compañeros mediante un acampe frente a los Tribunales de Santiago, el viernes 17 de octubre.

El Partido Obrero acudió al llamado de los trabajadores campesinos y acompañó codo a codo la jornada. Hay que destacar que fuimos la única organización que concurrió a la cita.
Los métodos sospechosamente legalistas de la defensa, con promesas de libertad acompañadas de amenazas, postergaban la liberación.

Desde el inicio de la jornada debatimos con los compañeros el corte de calle y la asamblea como los únicos métodos de lucha que podían liberar a Luis y a Santos. La confianza de los compañeros en el abogado de la defensa y las maniobras dilatorias del juez y el fiscal frustraron las expectativas de ese día.

En asamblea conjunta coincidimos en que sólo debíamos confiar en nuestras propias fuerzas y resolvimos triplicarlas para el lunes. Hay que destacar que los campesinos venían, en muchos casos, de más de 200 kilómetros.

El lunes 20, éramos más que tres veces más, en fuerzas y en convicción de que los compañeros volverían a casa. Acompañó parte de la jornada un grupo del MST, que se retiró sin conocer la noticia del triunfo.

Antes del cierre de Tribunales, la libertad estaba firmada, aunque la causa por lesiones sigue abierta. A las 16 horas, los compañeros estaban libres y se preparaba el regreso a casa.

Estas son las experiencias que demuestran que una política de clase y la unidad de acción de los trabajadores campesinos y de la ciudad son la única garantía para la defensa de nuestros derechos y el camino hacia nuestra liberación social.

  • Unidad de los trabajadores campesinos y de la ciudad.
  • Desprocesamiento de los luchadores sociales.
  • Por una alternativa obrera y campesina de carácter socialista.