Políticas

10/10/2002|775

Libertad a Castells

El 20 de septiembre pasado una feroz represión se abatió sobre cinco mil jujeños que manifestaban para “que se vayan todos” en el marco de una jornada nacional de movilizaciones. Durante varios días, decenas de compañeros se encontraron detenidos sin que se diera a conocer su paradero. Quince días más tarde se inició proceso judicial a 120 de ellos, aunque siguen pendientes los pedidos de captura para muchos que no habían podido ser detenidos.


El 5 de octubre se descargó otra represión feroz, esta vez contra los choferes del transporte de Merlo, que sólo fueron liberados ante las manifestaciones de sus compañeros y las asambleas a la comisaría del distrito.


Ese mismo día, la burocracia y la policía montaron un operativo de cerca miento para producir el desalojo de la fábrica ocupada Zanón.


Es decir que la represión a las luchas populares no ha cesado, porque tampoco en ningún momento se detuvo. Hay tres mil procesamientos de luchadores; la tortura y el asesinato de jóvenes por parte de la policía es una realidad cotidiana; las comisarías y, de nuevo, los cuarteles se han transformado en los “pozos” del llamado régimen democrático.


Este cuadro realza la importancia de arrancar la libertad de Castells, cuyo juicio debe comenzar el viernes 11. El nombre de Castells ha venido a compendiar la lucha contra la represión y por la libertad, la defensa del derecho a luchar y la defensa de los luchadores.


Liberar a Castells será una gran victoria popular.


Por eso, decenas de miles nos movilizaremos el viernes a los tribunales de Lomas de Zamora y en todo el país.


El Partido Obrero defiende incondicionalmente la libertad para el compañero Castells, por eso denunciamos la explotación política que pretende hacer de este tramo final del combate el represor de los docentes de San Luis, Rodríguez Saá..


Ligamos la lucha por la libertad de Castells y de los luchadores a la lucha para que se vayan todos, incluido Rodríguez Saá, para arrancar una Constituyente con poder y un gobierno de trabajadores