Políticas

5/7/2017

“Líderes educativos”, un plan precarizador para la educación y la juventud

Acerca del Programa Elegí Enseñar.

Secretaria Adjunta de Ademys


A fines de mayo pasado, el Gobierno de la Ciudad lanzó un programa “educativo” –bautizado Elegí Enseñar– que  promueve el reclutamiento de jóvenes de 16 a 18 años de escuelas secundarias para dar clases, acompañar, asistir y contener –según reza la plataforma–  a otros niños y niñas en escuelas públicas. 


 


Con la excusa de la falta de docentes de primaria y secundaria, el gobierno de Rodríguez Larreta y la ministra Soledad Acuña lanza un programa para incluir a estudiantes secundarios de 4, 5 y 6to año como mano de obra barata a las escuelas públicas, con el verso de “despertar el interés por la docencia” entre los más jóvenes.


 


Mediante una capacitación que dura apenas dos meses y medio, a través de una plataforma virtual y de encuentros presenciales en espacios de enseñanza “no tradicional”, los jóvenes recibirán el certificado de “líder educativo”, que los habilitará a ser convocados como trabajadores en otros programas dependientes del Ministerio de Educación. Cumplido el 75% de la cursada, percibirán por la módica suma de 4.000 pesos por única vez.


 


“Líder” no es docente


 


En la fundamentación del programa se puede observar cómo se utiliza el término “líder” para referirse a enseñanza, planteando que “la docencia potencia la capacidad de liderazgo y crecimiento profesional de los estudiantes” y que se abordarán “habilidades para el mundo del trabajo (tales como liderazgo, comunicación, trabajo en equipo, resolución de conflictos, liderazgo, manejo de emociones y autoconocimiento) y herramientas vinculadas al rol docente”.


 


Lejos de jerarquizar la tarea docente –que día a día se complejiza más, producto de la situación social que impacta en las aulas–, igualan el conocimiento a la contención y al disciplinamiento que requiere el mercado laboral, las llamadas “habilidades blandas”. La jerga “empresarial” recorre todo el programa.


 


La tercerización de tareas educativas en ONGs –incluso religiosas– es una política de Estado para el gobierno. Pero, en este caso, es el mismo gobierno que se hace cargo del reclutamiento de los “futuros docentes” para introducirlos en el sistema educativo pasando, por alto la formación elemental que hasta un “animador” tiene que tener, ni hablar de los derechos laborales de los maestros ni del destino de la infancia y la juventud.


 


Asistencialismo educativo


 


La miseria social y el nivel de desocupación impactan especialmente entre los jóvenes, como lo reflejaron las últimas estadísticas oficiales. La respuesta del gobierno es atender este flagelo social con una cuota de asistencialismo.


 


Ocurre que a esos jóvenes que deberían contar con una beca mensual para mantener sus estudios secundarios se les ofrece, en cambio, un “trabajo” (precario) que consiste en estar a cargo de otros chicos/as tan pobres como ellos por un salario miserable, en reemplazo de un docente formado y con derechos laborales. Sigue la línea de bajar el “costo laboral” en materia educativa.


 


También reproduce la orientación de devaluar los contenidos educativos, generando planes de “asistencialismo educativo”. Los planes de “terminalidad”, inaugurados por el gobierno kirchnerista, la jornada extendida –sin escuelas ni presupuesto–, las reformas educativas en el nivel secundario –como la NES– transforman a la escuela pública en un espacio donde se generalizan los programas meramente asistenciales.


 


Estamos ante una nueva versión de lo que el gobierno de Vidal lanzó en la provincia de Buenos Aires en plena lucha docente, cuando convocó a 60.000 voluntarios para remplazar docentes en huelga.


 


Organicemos el rechazo activo en las escuelas, defendamos el derecho al trabajo genuino bajo convenio y el acceso a la educación y la cultura de la juventud.