Limpieza del Riachuelo

Caja para los punteros y subsidios a los contaminadores

En la presentación del plan de saneamiento de la cuenca Matanza Riachuelo estuvieron presentes los intendentes de Avellaneda, Lanús, Lomas, además de representantes de los gobiernos provincial y nacional. El gran ausente, invitado o no, fue Macri, jefe de gobierno de la Capital. Queda claro que las disputas entre la oposición y los K se expresan también acá.

Lo que está en juego es una enorme caja a repartir entre los distritos, con varios proyectos de obras entre las que se destaca la relocalización de Villa Inflamable, en Avellaneda. En ese barrio, los casos de muerte por contaminación se cuentan por decenas, ya que está pegado al Polo Petroquímico de Dock Sud. La relocalización insumirá una inversión de 3 millones y medio de pesos en manos del intendente Cacho Álvarez, quien trajo la tóxica planta de coque.

También está la relocalización de la gigantesca feria La Salada. Además de obras cloacales que van desde Lanús hasta Laferrere y rondan los 100 millones de pesos.

Por otro lado están para repartir casi 180 millones de pesos en subsidios a las industrias contaminantes (la llamada ‘reconversión industrial’), lo cual es un premio al capital que ha ganado fortunas en estos años en lo que fue una gigantesca depredación laboral y ambiental. ¿Quién financia esto? Se está definiendo en un jugoso préstamo del Banco Mundial; es decir, una nueva hipoteca sobre nuestro pueblo en plena crisis internacional.

¿Quién controla las obras? ¿A dónde van trasladar a los vecinos de Villa Inflamable?

En Avellaneda ya está en discusión el traslado de miles de familias que pretenden llevar a la otra punta del distrito, en Wilde, muy cerca de lo que fue el Ceamse (otro gigantesco foco infeccioso).

Los vecinos y trabajadores deben discutir ellos mismos su relocalización, cómo y adónde, que no quede en manos de los punteros el empadronamiento como ha sucedido otras veces.

Dicen que van a generar 1800 puestos de trabajo. Organicemos una bolsa de trabajo en cada barrio para garantizar las obras y fiscalizarlas, con un salario acorde a la canasta familiar con puestos a efectivizar un cada municipio.

Asamblea popular en cada barrio donde se vayan a producir las obras.

Expropiación de toda empresa que contamine, suspenda o despida.

Por comisiones fiscalizadoras de higiene ambiental mixta entre vecinos y trabajadores.

Que la crisis la paguen los capitalistas.

Gustavo Avellaneda