El intendente Martin Llaryora anunció un aumento en el costo del boleto del transporte urbano de pasajeros. En enero la tarifa aumentará; así lo manifestó el responsable del ejecutivo municipal en una entrevista concedida a Cadena 3. El precio de la tarifa sufrirá un incremento que venía siendo agitado por empresarios y preparado por quienes gobiernan Nación, provincia y la ciudad de Córdoba.

Con los valores señalados, si el pasaje se lo lleva a $50, el aumento es del orden de un 56,74%; si se lo lleva a $52, el precio se irá a un 63% más. Ningún trabajador cordobés recibió ese tipo de aumentos en sus ingresos.

“Vamos a tener que aumentar. Es imposible poner el precio al que debería estar porque pasaría a ser un transporte privado. Vamos a tener que subsidiar, y para no traspasar eso tendremos que tomar la decisión de un aumento. Vamos a andar por los $50. No estoy dispuesto que sea de un solo saque, pero en enero deberemos hacer un ajuste”, señaló Llaryora a la citada fuente.

En otro pasaje de la entrevista adelantó que el precio “será más barato de $52”. Se trata de un incremento cuyos porcentajes no guardan relación con los ingresos populares que vienen en franco descenso a raíz del ajuste salarial e inflacionario.

Este nuevo ajuste sobre los bolsillos del pueblo trabajador cordobés ya venía siendo preparado. Los empresarios habían adelantado que sería imposible mantener el sistema en el interior con el esquema de subsidios propuesto para el 2021, y llegaron a plantear que el boleto urbano debería costar $100.

“De aplicarse el Presupuesto Nacional 2021, hará imposible sostener el transporte público en el interior del país, ya que sólo aumentan los subsidios para el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) pero mantiene prácticamente congelado el fondo compensador para el interior a pesar de la suba del 40% de los costos internos, el aumento salarial, la caída de pasajeros por la cuarentena y la obligación de transportar gratis a los trabajadores de servicios esenciales. Esta suma de factores pone en riesgo la continuidad del servicio a partir del 1 de enero próximo”, afirmaron desde la cámara empresarial en un comunicado de prensa semanas atrás.

Cabe recordar que en el caso del transporte inter urbano se pretende imponer un aumento de la tarifa del orden del 22,8 %. En ciudades como Carlos Paz también se pretende imponer un aumento del boleto del 72%. En todos los casos se producen los incrementos a libro cerrado, es decir sin saber cuáles son los verdaderos costos y qué se hace con los subsidios.

Con los antecedentes señalados y con maniobras y lobby por parte los empresarios nucleados en la Fetap, el aumento en el costo del boleto era cuestión de tiempo. Finalmente se definió la estrategia de suba de tarifas en el transporte urbano de pasajeros, en tramos y junto al anuncio de una aplicación “para que los pasajeros puedan saber la demora que tiene su colectivo a través de un sistema de geolocalización”. También se anunció un plan de bacheos.

El intendente Martin Llaryora argumenta las condiciones económicas desde la óptica empresarial que hacen inviable el actual precio de la tarifa. Habla como lo que es: un representante de los capitalistas, porque en momentos en que se recortó el IFE, ATP, los empresarios del transporte seguirán recibiendo subsidios que manejaran de manera discrecional y además se les aumentará la tarifa.

En realidad el núcleo del problema pasa por el costo empresario que han mostrado todo su parasitismo durante estos meses de pandemia. Sucede no invierten en mejorar el servicio, manejan la plata de los contribuyentes que conforman los subsidios sin ningún tipo de control. Además en estos meses de pandemia no cumplieron con el marco regulatorio. Llaryora deja pasar todo esto y ahora los premia con un nuevo tarifazo.

En oposición a una nueva vía de confiscación de los ingresos populares en beneficio de los capitalistas es necesario rechazar el tarifazo y defender salarios y jubilaciones. En ese sentido, el próximo 18 el clasismo marchará en todo el país. Es necesario derrotar la ofensiva ajustadora y abrir paso a un curso político reivindicativo desde el campo de las y los trabajadores.