Políticas

13/5/2021

Lo esencial (del kirchnerismo) se oculta a los ojos…

El país ha entrado hace rato en una presunta lógica ahora exasperada: que el kirchnerismo está en plena ofensiva, copa el gobierno, decide el rumbo y “radicaliza la administración de Fernández” que hasta es acusado de “chavización”. En nuestra opinión es una bonita impostura de la burguesía para ir imponiendo sus “reclamos” ante la crisis, a lo cual la derecha macrista y su pool de medios contribuyen profusamente.

El retroceso en chancletas de la intervención de Vicentin ha quedado hecho un poroto al lado de la prórroga de la concesión privada de la Hidrovía del Paraná por donde circula el 90% de los contenedores que entran y salen del país. El tema es de tamaña importancia estratégica en la disputa del control imperialista geopolítico de América Latina que el Departamento de Estado tomó cartas para evitar el control de la arteria estratégica por parte de capitales chinos que ya manejan buena parte de los puertos. La mecánica de la licitación postergada estará bajo la órbita de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos), es decir del imperialismo norteamericano. Victoria de la Embajada, vía Massa, muy lejos de la vocinglería kirchnerista (y de la promesa de estatización de Alberto Fernández del año pasado).

En otra batalla fuerte de los últimos tiempos, la de los biocombustibles, después del proyecto del kirchnerismo, terminaron prorrogando el corte tal cual está sin cobrar los impuestos adicionales que pretendía Guzmán. Se impuso el lobby de los monopolios de la industria y de los gobernadores sojeros. Claro está que la otra postura es en defensa de los pulpos petroleros y de una mayor recaudación para presentarle mejores cuentas al FMI, al Club de París y tutti cuanti. Otra batalla que de radicalizada, antipoder económico y anti FMI, no tiene nada. Y además, por ahora, perdida.

En lo que podríamos llamar la batalla más taquillera de la “ofensiva kirchnerista” que fue evitar el despido de Basualdo al frente de la subsecretaría de Energía, se ha declarado un empate, mentiroso, por cierto. Porque Guzmán ha contragolpeado con la “autocrítica del pasado de los subsidios que benefician a sectores de altos ingresos”, el viejo cuento macrista. Porque Guzmán no ha renunciado a su 15%, que más tarde o más temprano se aplicará, aunque sea el día después de las elecciones. Pero por sobre todo porque lo que nadie, ni Máximo, ni Cristina, ni nadie del Frente de Todos ha puesto en debate es el régimen de privatización de toda la matriz energética del país, desde el petróleo y el gas, hasta la generación, transporte y distribución de energía eléctrica que viene desde la época menemista, atravesando los doce años de kirchnerismo directo en el poder. Es claro que la coalición de los Fernández y Massa no llegó para discutir eso. Lo único en debate es la ecuación de lo que pagamos en tarifa directa y lo que pagamos en subsidio mediante inflación, impuestos regresivos, ajuste en otros rubros, etc., pero sin alterar las sacrosantas ganancias de los pulpos petroleros y las concesionarias del resto del sistema. ¿De qué radicalización nos hablan?

En materia de no presencialidad educativa, una medida de bajo “costo fiscal” -porque no ponen un mango para los millones de pibes sin conectividad ni dispositivos, tampoco nombran docentes y mucho menos les mejoran los sueldos y ni siquiera los vacunan a todos-, no puede decirse que les haya ido mejor. Se les paró de mano Larreta, los gobernadores de las principales provincias peronistas y finalmente la Corte Suprema les dio un golpe. Ahora suplican una ley en el Congreso para resolver lo que el Presidente, “comandante en jefe” de la coalición gobernante, no pudo imponer, con la esperanza de que al haber una ley la Corte no les ilegalice el decreto, lo que no garantiza que cada gobernador haga lo que viene en ganas. Pero hay un “además”, como en todos los casos anteriores. La ley es una bonita concesión a los “libertarios” anticuarentena: su semáforo más que duplica el rango establecido por la Sociedad de Pediatría para declarar zona de alto riesgo. Fueron los docentes combativos los que impusieron un decreto que el régimen entero fue incapaz de cumplir.

En la cuestión de las vacunas quedaron a la derecha de Biden, lo que no es poco. Simplemente han dejado esquilmar al país poniendo U$S 54 millones de dólares por adelantado en noviembre de 2020 al empresario Hugo Sigman para que produzca y exporte 50 millones de dosis de las cuales hasta hoy, 12 de mayo, no vino ninguna. En este caso, no se llegó a intervenir y retroceder como en el caso Vicentin. Directamente ni se les pasó por la cabeza salvar miles de vidas con las vacunas que se produjeron en Garín. Cuando lleguen, esas vidas ya no vuelven y no sabemos cuántas más se perderán.

Alguien dirá, pero el Senado votó un rechazo al uso de los DEG del FMI para otra cosa que no sea la pandemia, lo que erizó la piel de Clarín. Pues bien, esa es la posición del propio FMI al disponer los U$S 650 mil millones que distribuyen en el globo de los cuales nos tocan U$S 4.350 millones. En cambio en la gira del presidente Fernández acompañado de Guzmán, irán a suplicarle a las potencias, justamente que el FMI permita que se usen para cancelar deudas, al menos con el propio Fondo, puesto que será más difícil con el Club de París. A pedir un crédito puente para endeudarnos más aún, porque no están los dólares para el vencimiento de mayo (prorrogable a julio). A pedir menores tasas del crédito para salvar las cuotas del FMI, a pedir… etc., etc., al mismísimo FMI por la vía de los representantes de cada potencia en el organismo.

Se podría espetarnos que nos olvidamos del “aporte solidario a las grandes fortunas”. Pero más allá de los límites evidentes de este no gravamen, su importe de $ 223 mil millones ya hemos marcado que si se cumpliera su articulado casi la mitad va a bolsillos patronales, pero resulta notable que el reciente aumento de la edad de la tarjeta alimentaria y su nuevo importe de los miserables $ 6.000 mensuales insumen un importe anual similar de $ 250 mil, un importe similar al del denostado “aporte solidario” que calza como un guante a la política bancomundialista para tender una malla de contención al hambre de la pobreza del 42% de manera de evitar que Argentina sea una Colombia más temprano que tarde.

La única medida “progre”, de arbitraje, para echar lastre hacia sectores de ingresos un poco mejores que es el piso de Ganancias se la brindaron en bandeja a Massa, justamente el ala más ligada a la Embajada de la coalición Frente de Todos.

Ya sabemos de la concesión que se hizo en el canje, otorgando todo lo que pidieron los bonistas, aunque no haya dado resultado alguno. Pues bien, ahora tenemos a Kicillof en la provincia otorgando cero quita de capital y buenos intereses en su negociación “nacional y popular” en la provincia y se ha comido sin embargo el rechazo a la propuesta número dieciséis. Del retroceso en chancletas de Vicentin llegamos hasta acá y no vamos a aburrir con más al lector porque hay mucho más, si miramos el robo a los jubilados, el Presupuesto fondomonetarista 2021 que vuelve a robar a los estatales, las paritarias a la baja, la pisada de todo el presupuesto de obras públicas y que no han dado un solo terreno ni casa a los ocupantes de Guernica. De manera que los Larroque pueden ya mismo criticar “desde adentro”, pero es solo para salvar su papel de contención, como los Yasky, los Grabois y los Pérsico, por no nombrar a los Daer y los Moyano que pactaron con todos los gobiernos.

Son rehenes de la clase capitalista para la cual gobiernan. Y del ajuste que comanda las líneas centrales de su política, el del FMI. En el contexto latinoamericano de rebeliones populares, en el contexto de luchas obreras y populares crecientes en el país, este gobierno en crisis quizás sea aún el mejor gobierno para la burguesía, porque la vocinglería kirchnerista garantiza por ahora la cooptación política de las organizaciones obreras y populares para evitar un incendio que cada día tiene más motivos.

La cuestión de potenciar un bloque político de independencia de clase mediante la mayor iniciativa del Frente de Izquierda, cuando se sucede semejante crisis política, se levanta no solo como una necesidad para los trabajadores, sino también como una oportunidad. Al servicio de ese objetivo es que les planteamos a todos las compañeras y compañeros del FIT Unidad, a todas las luchadoras y luchadores, un Congreso del FITU para desarrollar con todo, en todos los aspectos de la lucha de clases, el programa transicional de salida de los trabajadores a la crisis.