Lo que está en juego en las elecciones en la Ciudad

Son días de ‘renuncias’. Pino Solanas desiste de su candidatura presidencial y designa en su lugar a Alicia Argumedo, mientras discute el reemplazo de esta destacada socióloga por un Binner, o dejarla -en última instancia- como la señal para que los electores vayan detrás de los aliados de Binner, por ejemplo Ricardo Alfonsín, o incluso de los del cordobés Juez, quien ha convocado a su tienda a los economistas del PRO. A Solanas lo seguirá Macri, que admitió que no puede competir por la presidencia porque así lo dispusieron los capitalistas que lo están apoyando, quienes respaldaron su exigencia para que se quede en la Ciudad con la negativa a darle los cien millones de pesos que ‘el nene de papá’ entiende como piso de financiamiento de una campaña presidencial. Las expectativas decrecientes de estos candidatos podrían reducirse aún más si se confirman los sondeos que excluyen a uno de los dos de la segunda vuelta, sustituidos por Filmus -el hombre para todo servicio. Filmus gastó la poltrona de la Secretaría/Ministerio de Educación al servicio de todos los gobiernos e intendentes desde 1983 -un encomiable caso de supervivencia en la jungla de arribistas de la burocracia estatal.

Los ‘renunciamientos’ de Macri y de Solanas son perfectamente funcionales al objetivo de una fracción de la burguesía que apunta a polarizar la elección desde la primera vuelta. El que ha quedado para ese fin es Ricardo Alfonsín, un verdadero peludo de regalo para los capitalistas que habían apostado por el improbable Sanz. Alfonsín entendió el planteo del capital opositor con la misma calidad con que su padre entendió a la Embajada norteamericana con el planteo de desmalvinizar al país en plena guerra de Malvinas. Consecuentemente, ha propuesto un frente de círculos concéntricos, para el centroizquierda a nivel nacional y el centroderecha para gobernaciones y municipios. La única disculpa que se puede ofrecer a ‘Ricardito’ es que su par opuesto, CFK, es la inventora de este engendro de colectoras -ella también con aliados de derecha y de ‘izquierda’, mancomunados en el arribismo. Asistimos a la disolución de los partidos tradicionales vencidos por la decrepitud. Semejante extremo es una expresión de la descomposición del régimen político y de la enorme crisis capitalista. Proyecto Sur se plantea acabar con un bipartidismo que ha dejado de existir, pero no con un sistema político en liquidación, por eso él mismo no es un partido sino un acuerdo oportunista de agrupamientos en extinción. No nos referimos a los casos evidentes del MST o de Libres del Sur -este último pasó de la “construcción de poder por arriba” (con los K) al “poder desde abajo”, amparado por una figura mediática. Nos referimos en especial a la fracción michelista de la CTA, que reivindica ahora una construcción política después de haber tolerado, permitido y colaborado con la destrucción de su propia central sindical. Los acuerdos con la UCR que Pino Solanas dice repugnar, los hace bajo cuerda, como ocurre en Santa Fe, donde dejó vacante la candidatura al cargo ejecutivo para que se vote por el candidato a gobernador del frente PS-UCR. En la Capital, muy posiblemente, habilite una colectora del PS, la UCR y el GEN pegada a su boleta de Jefe de Gobierno.

La fracción opositora de la burguesía cava no una, sino varias trincheras en la Capital Federal -tanto Macri como Solanas. Pino acaba de decir que cosechará votos desde todos los cantos, lo que ya ocurrió en 2009, cuando le sacó la mayor parte de sus votos al macrismo y no a los perimidos Ibarra o Telerman. Si cosecha un triunfo Macri, abona al frente opositor, predominantemente sojero, pero no sólo, pues ahora tendrá la contribución de Techint y su constelación de tercerizadas. ¡Pero lo mismo se obtendrá con un triunfo de Solanas! Proyecto Sur es parte de la gran disputa interna de la burguesía acerca de los métodos para hacer frente a la crisis mundial y la elección de los sectores que deben ser rescatados por el Estado. Esta es la caracterización social concreta del pinosolanismo: por eso acaba de plantear que quiere que la Federal pase a ser la policía ‘autónoma’ de la Ciudad. Esta posición reaccionaria frente a los aparatos de seguridad del Estado define al director, el escenario y los actores: “cámara, acción”. Si Solanas lograra robarle el segundo lugar al candidato K, la elección nacional debutaría en la elección de la Ciudad corriendo por la medalla de plata o de bronce. El asunto sería, después, meter a ‘Margarita’ y a ‘Francisco’ en el mismo barro con colectoras separadas. La misma fantasía planea para Córdoba y Santa Fe, si Juez y/o el candidato de Binner se alzan con la gobernación. Las organizaciones obreras que han tenido un protagonismo reivindicativo o se han visto obligadas a salir a luchar son llevadas por sus burocracias a uno u otro campo de la burguesía, comprometiendo a los trabajadores como furgón de cola de una pelea entre la burguesía. El Frente de Izquierda se ha formado, esencialmente, para combatir esta trampa de las próximas elecciones y para separar al obrero del patrón y orientar a los explotados a votar con un contenido de clase propio.

La cuadratura del círculo

Pino Solanas baja a la Capital como consecuencia de una derrota, porque no pudo instalar su candidatura presidencial -ahora como parte de un plan político que es una variante degradada de la difunta Alianza. Un éxito local acentuará su derechismo, bajo la presión de todo el arco patronal opositor y, por sobre todo, de aliados como Juez, quien ya está conchabando al PRO mediterráneo.

A la luz de esto no debe llamar la atención el pobre discurso de lanzamiento de Solanas. La propuesta de construir 3.000 viviendas por año, la mitad en la zona sur, es una estafa y no solamente por la mezquindad del objetivo, sino porque para lograrlo debería enfrentar la especulación inmobiliaria y desmantelar los intereses cobijados en la Corporación del Sur, la cual mantiene las tierras en reserva. Tampoco propuso que el Banco Ciudad financie planes de viviendas a tasa cero, cuando tiene la mitad de su activo invertido en la deuda pública nacional, como un banco privado más. La implementación de un impuesto progresivo a las grandes constructoras no ha sido siquiera considerada, lo que es muy grave, ya que Solanas habló de las “limitaciones presupuestarias” que tendrá su gestión. La cuestión laboral no formó parte de su discurso, a pesar de que en la Capital el trabajo tercerizado y en negro está extendidísimo, incluso al interior del propio Estado.

Conceptualmente, Solanas se declaró partidario de una Ciudad para “todas las clases sociales”. Otra estafa, porque para ello debería derribar los ‘derechos adquiridos’ sobre el suelo urbano por la clase explotadora. Para nivelar, primero hay que desnivelar. Tampoco se refirió a impuestos progresivos que afecten al capital financiero radicado en la Ciudad ni a los grandes monopolios capitalistas.

¿Vuelve Ibarra?

El personal político que acompaña a Solanas ha sido escogido de los restos del ibarrismo. En primer lugar, está la propia CTA-Micheli, con Lozano a la cabeza, que fue una de las patas claves del gobierno depuesto por la masacre de Cromañón. Están también los restos del Frepaso, que dieron origen a la experiencia ibarrista. Si los planes salen tal cual se los ha propuesto, Solanas podrá contar también con el apoyo del PS de Roy Cortina, quien se hizo famoso por fugarse a Europa para evitar votar en la Legislatura contra Ibarra por la masacre de Cromañón. La vicejefatura sería para Graciela Ocaña, ex titular del Pami del kirchnerismo y ex protegida de Alberto Fernández. La ‘hormiguita’ aún debe dar explicaciones por el desmantelamiento del hospital Francés, para lo cual su viejo tutor político no dudó en mandar las patotas contra los trabajadores. Hay que admitir que la de Pino Solanas no es la única lista ibarrista. A la cabeza de las intenciones K está Daniel Filmus, hombre de todos los gobiernos -en especial, el de Menem. La elección de 2009 convirtió a Filmus de ateo en creyente -lo que no vaciló en contar ante las cámaras de TN.

Una campaña de izquierda

En este cuadro político, la campaña del Frente de Izquierda tiene varios desafíos políticos: 1) destacar que la lista de Solanas forma parte de un operativo político de la burguesía opositora para favorecer las chances de Alfonsín, o sea que en la Capital se libra una pelea de alcance nacional derechista y sojero; 2) desenmascarar al centroizquierdismo, cuyo personal político gobernó la Ciudad y terminó llevando al gobierno a la derecha macrista; 3) llamar a todas las organizaciones obreras y populares que tienen una atracción en las masas a romper con la burguesía y sus partidos y formar comités de base del Frente de Izquierda, que es un frente de trabajadores. Este llamado debe servir para reclutar activistas para la campaña del Frente de Izquierda. En los sindicatos, en el movimiento estudiantil y también en las barriadas existe una deliberación entre las organizaciones barriales referidas a su participación en las elecciones de Comunas.

El Frente de Izquierda se dirige a todos estos sectores proponiéndoles organizar Comités de Base que tomen en sus manos la campaña y formar listas independientes en las Comunas, para darle batalla a las listas patronales que ya gobernaron la Ciudad en nombre de los intereses del gran capital. En esta lucha, el Frente de Izquierda se esforzará por concentrar sus energías para obtener una representación en la Legislatura que sea un instrumento de lucha en favor de los trabajadores y explotados de la Ciudad.