En el Festival Voces contra el Golpe

Compañeros, compañeras:

Los ojos del mundo entero están posados, en este momento, en este pequeño pero grandioso país. Sin embargo, esos ojos no ven lo mismo. Los pueblos, los trabajadores, los estudiantes, los movimientos originarios, los explotados, ven en Honduras el ejemplo a seguir, ven en Honduras el camino que abre un proceso de transformación general para toda Latinoamérica.

En cambio, hay otros ojos que ven otra cosa. Son los ojos del imperialismo, que ven en Honduras, con temor, la rebelión de un pueblo que ha dicho basta. Escuché decir en estos días –que orgullosamente he podido compartir con el pueblo hondureño– que en Honduras todo puede pasar, como dando a entender que aquí pasan cosas que en otros lugares sería imposible que sucedan. Sin embargo, eso no es tan así, porque en Honduras el golpe cuenta con la complicidad del imperialismo yanqui y plantea una ofensiva general para toda América Latina. Y por eso estamos aquí apoyando la lucha del pueblo hondureño, porque apoyandosu lucha, apoyamos la lucha de todos los pueblos latinoamericanos.

Es un enorme orgullo venir a plantearles, en nombre de la Federación Universitaria de Buenos Aires, que agrupa a más de 320.000 estudiantes, allá en Buenos Aires, en Argentina, que estamos dispuestos a salir a luchar y poner el cuerpo a esta rebelión hondureña. Y por eso hemos venido con una propuesta concreta. No se trata de grandes discursos, se trata de hechos, que es la de organizar aquí mismo en Honduras, para que todo el mundo lo vea, para que los golpistas lo vean, para que los oligarcas lo vean, un encuentro latinoamericano de organizaciones populares que logre juntar, de norte a sur de Latinoamérica, en conjunto de los movimientos estudiantiles, de trabajadores, de pueblos originarios, de campesinos, para decirles que el imperialismo no pasará en América Latina, para decirles que no vamos a permitir un golpe más, para decirles que exigimos la restitución incondicional de Zelaya y para decirles que vamos por más.

Compañeros, compañeras: hay un dicho que dice que ‘el que se arrodilla ante un hecho consumado, es incapaz de enfrentar el porvenir’. Este pueblo está de pie, este pueblo no se ha arrodillado y por eso este pueblo va a triunfar sin lugar a dudas, abriéndole a toda Latinoamérica un nuevo camino, un nuevo destino transformando socialmente el conjunto de nuestro continente.

Por eso, compañeros, repetimos esa fantástica frase que reseña lo que está pasando aquí, la construcción de una nueva historia: si el presente es de lucha, el futuro es nuestro.
Hasta la victoria siempre, compañeros. Son un ejemplo para toda Latinoamérica.