Un relevamiento del sitio especializado en negocios inmobiliarios, Zonaprop, destaca que los alquileres en la Ciudad de Buenos Aires tuvieron una suba interanual de casi el 100% (98,2%): un valor que supera el 81% que se estima según el índice de la Ley de Alquileres para enero y que incluso se prevé supere a la inflación final para todo el 2022.

Los precios de los alquileres de inmuebles para vivienda aumentaron un 5,5% en diciembre, lo que determina que el valor de un monoambiente en CABA, en promedio, ascienda a $77.899, un dos ambientes $92.941 y una unidad de tres ambientes de 70 m2 en $125.664 (Ámbito, 2/1), todos valores prohibitivos para la población asalariada media.

La situación es más que contradictoria ya que el Índice de Contrato de Locación, que establece la Ley de Alquileres, supone que los precios se actualicen en partes iguales según la evolución de los salarios Ripte y la inflación, y no que superen ambos indicadores.

Lo que ocurre es que si bien el este índice rige para la actualización de los contratos en curso no lo hace para las renovaciones o nuevos contratos, los que sufren remarcaciones abruptas para absorber las expectativas de mercado de los propietarios y la inflación “estimada” para los próximos años.

Esto podría evitarse si la oferta de unidades habitacionales en alquiler fuera prolífica y superara ampliamente a la demanda, pero ocurre totalmente lo contrario. Los propietarios se vienen volcando masivamente al mercado de venta, con una sobreoferta histórica, dejando un escaso mercado de alquileres que se combina con una crisis habitacional y una demanda creciente.

Los precio de venta de los inmuebles bajan, pero aún resultan inaccesibles para la casi totalidad de la población. En CABA, el metro cuadrado promedio de un departamento para la compra-venta está calculado en alrededor de 2.199 dólares.

Los valores promedio para la compra-venta de departamentos se encuentran 95.526 dólares para un monoambiente, 115.215 dólares un dos ambientes ambientes de 50 m2 y 161.968 dólares un tres ambientes de 70 m2.

De mantenerse esta tendencia donde los aumentos de los alquileres superan el resto de los indicadores y pueden llegar a duplicarse de un año al otro –como acaba de ocurrir- se agrava la expulsión de miles de trabajadores de la ciudad hacia las zonas periféricas y la crisis habitacional.

Los alquileres deben ser actualizados en función e los ingresos salariales de los trabajadores, junto a otras medidas que garanticen un verdadero acceso a la vivienda, por medio del crédito hipotecario a tasas cero, la construcción e viviendas y un impuesto a la vivienda ociosa y a los especuladores inmobiliarios, que negocian con las necesidades populares insatisfechas.